Juegos mentales para niños: diversión mientras aprenden

  • Los juegos mentales ayudan a los más pequeño a agilizar su mente mientras se divierten: prueba estas propuestas

Si sabemos sacar partido a nuestra creatividad e imaginación, basta con muy poco para crear divertidos juegos con los que estimular nuestro cerebro y el de los más pequeños. Los juegos mentales entran en esta categoría y pueden convertirse en tu mejor aliado para estimular el desarrollo de los niños valiéndote de muy poco (o nulo) material con el que trabajar. Toma nota de estos juegos mentales para niños.

Juegos mentales para niños: ¿Cuáles son sus ventajas?

La mejor forma de estimular nuestro desarrollo cognitivo es estimulándolo, y el juego es una herramienta como otra cualquiera para alcanzar esta meta. Especialmente cuando se trata de niños, jugar es una forma de convertir esta trabajo mental en algo divertido, de forma que lograremos tanto captar su atención como mejorar su capacidad cerebral.

De hecho, existe el concepto de ‘gimnasia cognitiva’, asociado especialmente a personas de mayor edad. Se trata de hacer uso de ejercicios mentales que deben llevarse a cabo con regularidad para que el cerebro se mantenga activo y no pierda sus capacidades. En el caso de los más pequeños, es el momento de despertar su curiosidad y ampliar sus límites, ayudándoles a conocer la potencialidad de su cerebro y a divertirse descubriendo todo lo que son capaces de desarrollar gracias a los estímulos adecuados.

Y es que la curiosidad y las ganas de aprender son clave para mantenernos en nuestras plenas facultades mentales. Los expertos aseguran que, gracias al estímulo adecuado, es posible potenciar nuevas habilidades, así como (en el caso de los más mayores) crear nuevas cadenas neuronales que sustituyan otras que vayan muriendo con el paso del tiempo y despertar recuerdos almacenados que, si no se refrescan, se pierden.

Así, el entrenamiento cerebral puede aplicarse a cualquier edad y en cualquier persona, incluyendo a los niños y por supuesto a los adultos. Con ello lograremos potenciar las habilidades que deseemos y entrenar la atención y la concentración.

Juegos mentales para niños: algunos ejemplos

Existen juegos mentales de todo tipo dirigidos a trabajar distintas capacidades y a estimular nuestro cerebro diferentes modos. Por ejemplo, los juegos de memoria visual: clásicos como recordar dónde se encuentra una determinada carta, figura o cualquier elemento formando parejas iguales resultan tan sencillos como útiles. En este caso concreto, debes crear las distintas parejas (de la forma que más te guste, por ejemplo, dibujándolas sobre cartulina y recortándolas todas con el mismo tamaño) y colocarlas luego boca abajo sobre la mesa. Luego, por turnos, cada jugador tendrá que dar la vuelta a dos fichas y, en caso de que sean iguales, las retirará de la mesa. Si no, tendrá que darles la vuelta de nuevo, y recordar dónde se encontraba cada figura (así como cuáles se han levantado) para poder ganar.

En cuanto al cálculo mental, puedes inventar tu propio juego cuando operaciones matemáticas acordes a la edad de lo niños y usando un tablero normal para jugar. Cada avance al tirar los dados dará lugar a la lectura de una tarjeta y, si la respuesta es correcta, se podrá tirar de nuevo. En caso contrario, le tocará turno a otra persona. En realidad, puedes construir todas las variantes que quieras de este juego: por ejemplo, utilizar un límite de tiempo para resolver todas las preguntas posibles de forma correcta, al estilo de una ‘ronda relámpago’. También puedes crear distintos grados de dificultad usando distintos colores, de forma que unos resultados valgan más que otros por su complejidad.

Otra capacidad clave es la lógica y la geometría. Si tienes piezas de Lego o similares en casa, puedes utilizarlas para crear todo tipo de juegos. En el caso de los más pequeños, prueba a dibujar sobre una cartulina diferentes formas geométricas y a pedir a los niños que compiten con las piezas figuras que encajen con esa forma. Con los más mayores, retos tan sencillos como construir el conjunto más alto, o más ancho, o más colorido, o más hueco... pueden ayudar a estimular su imaginación. También llevar al límite las estructuras, buscando equilibrios ‘imposibles’.

Los Lego (y cualquier otra pieza, en realidad) pueden utilizarse también para juegos matemáticos, o para clasificar objetos en función de determinadas categorías. También puedes jugar a las adivinanzas describiendo objetos que se encuentren en tu entorno. Otro sencillo y divertido juego para los más pequeños es crear una caja de formas geométricas con una caja cualquiera (por ejemplo, de zapatos) con formas recortadas que se correspondan con la silueta de las piezas que deberán introducir en la caja. En general, los puzzles ayudarán no solo a desarrollar la capacidad motriz de los niños, sino también su pensamiento lógico.

Por último, un juego que siempre encanta a los niños es la búsqueda del tesoro: esconde un objeto en algún lugar de la casa y crea una serie de pistas en forma de retos que hay que superar para poder encontrarlo. Estos acertijos podrán servir para trabajar distintas capacidades, y fomentarán el trabajo en equipo y el intercambio de ideas, así como la resolución de problemas, la memoria y la atención.