¿Tontear con alguien teniendo pareja es infidelidad? Una psicóloga analiza los microengaños

Son muchas las personas que se preguntan cuál es la delgada línea que separa la infidelidad de la libertad individual. Tratando de averiguarlo, a menudo tienen comportamientos que dañan su relación ya que para ellos son inofensivos, pero para sus parejas son una falta de respeto. Uno de esos comportamientos es tontear deliberadamente.

Definir lo que es un tonteo y lo que no es muy complicado porque para cada persona es una cosa. Para algunos, tontear es decir piropos. Para otros, tontear implica contacto físico, por ejemplo, caricias sutiles o abrazos. Lo que está claro es que detrás del tonteo hay un interés: gustar a la otra persona. Pero, ¿es tan malo querer gustar?

¿Por qué nos gusta gustar?

Los seres humanos somos sociales por naturaleza. Nos gusta interactuar con otras personas y la validación ajena es muy importante para nuestra salud mental.

Aunque como coloquialmente dicen “la autoestima debe nacer de uno mismo”, no podemos negar la influencia que tienen las personas que nos rodean. La relación con nuestros padres, nuestros amigos y nuestra pareja también van a afectar a la autoestima para mal o para bien. Por ejemplo, una amistad sana te hará sentir mejor contigo mismo, pero una amistad tóxica te puede hundir.

Buscar validación en las relaciones sanas que mantenemos no es malo en su justa medida. Es decir, es positivo que nuestros seres queridos nos hagan sentir valorados. El problema surge cuando:

  • Necesitamos que nos recuerden lo mucho que valemos constantemente porque si no nos sentimos inseguros.
  • Buscamos validación en personas que no nos aportan nada.

Si necesitas gustar a desconocidos para sentirte deseado, es posible que tengas un problema de autoestima. No vas a encontrar lo que buscas en ellos e incluso puedes acabar sintiéndote peor.

Tontear sin querer ir más allá: ¿Un juego o infidelidad?

Son muchas las personas que tontean en busca de ese subidón de autoestima momentáneo.

La mayoría de las veces, el tonteo es algo puntual. No buscas ir más allá y si surgiese la oportunidad de tener algo físico como un beso o sexo, no lo harías. Pero, ¿eso justifica tu comportamiento?

Por otro lado, cada vez es más frecuente el tonteo virtual. Parece que cuando cruzamos un límite a través de las redes sociales es menos grave, sin embargo, puedes estar haciendo daño a tu pareja. ¿Cómo? Reaccionando a las historias de otras personas con emojis de corazón o de fuego, o enviando mensajes con doble intención: “madre mía, hoy estás espectacular”, “tu novio tiene que estar encantado con el pibonazo que tiene al lado”, “pfffff, quién tuviera la suerte de estar con alguien como tú”, etc.

Puede parecer inofensivo, pero cada vez más personas consideran este tipo de comportamiento una infidelidad, sobre todo si es:

  • Recurrente. En otras palabras, una cosa es hacer un comentario bonito (y respetuoso) a un amigo o amiga, y otra estar tirándole la caña durante semanas a una persona.
  • Con connotación sexual. Puedes decirle algo bonito a un compañero de clase porque tenéis buena relación, por ejemplo, que te gusta la sudadera que lleva. El problema es cuando todos tus comentarios buscan crear una tensión sexual.

No todas las infidelidades conllevan sexo

Debemos quitarnos la idea de la cabeza de que las infidelidades son un desliz con sexo y ya. Hay tantos tipos de infidelidades como relaciones, y por eso es tan importante hablar con tu pareja y definir de forma empática, respetuosa y clara qué es para ti y qué es para ella una infidelidad.

De lo contrario, corréis el riesgo de haceros daño solo por dar por sentado lo que la otra persona siente, piensa o quiere. Y sí, puede parecer muy obvio reconocer que para ti acostarte con otra persona es una falta de respeto, pero hay decenas de situaciones mucho más sutiles que pueden hacer mella en la relación si no os habéis comunicado bien antes. Es lo que se conoce como microinfidelidades.

Las microinfidelidades son el motivo de ruptura de muchas relaciones y, a veces, el paso previo a una infidelidad de mayor magnitud. Algunos ejemplos son:

  1. Mensajes con desconocidos/as a escondidas de tu pareja.
  2. Interacciones constantes a través de las redes sociales con personas con las que no tienes un vínculo de amistad.
  3. Coquetear con exparejas.
  4. Hacer piropos.
  5. Practicar sexting.
  6. Ocultar que tienes pareja cuando sales de fiesta.
  7. Pedirle el número a gente de fiesta (y no precisamente para hacer nuevas amistades).

Pero, ¿dónde está para vosotros el límite? ¿Te dolería que tu pareja hiciese alguna de las cosas que acabamos de escribir? Eso es lo que debes analizar.

Por otro lado, es posible que para ti haya comportamientos que son inofensivos y para tu pareja una falta de respeto (o viceversa). Es entonces cuando debéis llegar a un punto intermedio en el que se respeten las necesidades de ambos como pareja, pero también vuestra libertad como personas.