"Rata contagiosa": una ginecóloga de Barcelona encuentra una pintada en el coche cuando iba a trabajar

  • La ginecóloga tenía el coche en el garaje comunitario

  • Muchos sanitarios denuncian el acoso de sus propios vecinos

Estos días, en plena pandemia mundial por coronavirus, los ciudadanos están mostrando su cara más amable, con gestos de solidaridad que emocionan, pero también su peor cara, con actitudes egoístas motivadas por el miedo al contagio.

Un ejemplo de una de estas actitudes egoístas lo ha vivido Silvana Bonino, una ginecóloga de Barcelona, que al bajar a su garaje comunitario para coger el coche y acudir a su puesto de trabajo, se ha encontrado con una desagradable sorpresa: alguien le había realizado una pintada en su vehículo en la que le llamaba "rata contagiosa".

La noticia se ha hecho viral al instante en redes sociales, donde miles de usuarios han mostrado su apoyo a la sanitaria, y han criticado la falta de empatía de mucho ciudadanos. Algunos internautas han hecho hincapié en que el aplauso a los trabajadores que se realiza todos los días a las 20h de la tarde tiene que significar también el apoyo en el día a día a estas personas que no tienen más remedio que salir de casa para acudir a su trabajo.

Mensajes anónimos a los trabajadores

Por desgracia este no es el único caso de un trabajador que ha tenido que denunciar los mensajes anónimos que ha recibido por parte de vecinos o allegados por realizar su actividad laboral. Tanto miembros del personal sanitario como trabajadores de supermercado o de otros servicios, han compartido cómo recibían peticiones para "abandonar" su casa "por el bien de todos".

El acoso desde los balcones

Los mensajes anónimos no son los únicos medios por los que muchos vecinos están teniendo actitudes egoístas. El encierro por coronavirus está generando 'policías de visillo', personas que, en los balcones, vigilan que la gente cumpla con rigor las medidas impuestas, sin tener en cuenta las circunstancias personales de cada uno.

Padres de niños con algún tipo de discapacidad a los que sí les está permitido salir a la calle a realizar un pequeño paseo ya han denunciado casos de insultos y de acosos por parte de los vecinos.

Muy similar es el caso de José Antonio, carnicero en el centro Comercial de Noya, La Coruña. Le pegaron un sobre en la puerta de casa en el que amablemente se le invitaba a buscar otro alojamiento. Ni corto ni perezoso, fue puerta por puerta buscando al autor de la nota, pero nadie dio la cara. Eso sí, todos los vecinos se solidarizaron con él. Huelga decir que José Antonio se encarga de encarga de cumplir con todas las medidas higiénicas al volver del trabajo: “no uso el ascensor, no toco el pasamanos de la escalera y uso guantes”.

Estas situaciones han sido denunciadas por los propios trabajadores que al ir o volver a casa del trabajo reciben el acoso de sus vecinos que les juzgan sin conocer a dónde se dirigen o las circunstancias por las que lo hacen.

Por ello, desde las autoridades han querido lanzar en varias ocasiones un mensaje de respeto y de tranquilidad y tolerancia, ya que aunque es cierto que en algunas circunstancias hay ciudadanos que se saltan las medidas de confinamiento, normalmente estas salidas suelen tener una justificación y no se puede juzgar situaciones que desconocemos.