¿Sudas de más? Hiperhidrosis o cómo saber que no solo es culpa del calor

eltiempohoy.es 17/06/2017 17:51

El sudor es incómodo. Pero no es malo. De hecho, funciona como barrera cutánea y es fundamental para mantener una temperatura corporal estable. Cuando ni los nervios, ni las altas temperaturas, ni el ejercicio físico son la causa de una traspiración excesiva, es probable que nos encontremos ante un caso de hiperhidrosis.

Una larga lista de enfermedades neurológicas, neoplasias, medicamentosas, fisiológicas o idiopáticas han sido asociadas a este fenómeno ligado al sistema nervioso autónomo. Incluso se ha llegado a decir que se hereda de padres a hijos. Pero lo que está claro es que, para quien lo sufre, contar con unas glándulas sudoríparas hiperactivas puede llegar a ser una tortura tanto a nivel físico como psicológico.

Los síntomas cambian según el paciente. Algunos lo sufren por todo el cuerpo. Otros en puntos específicos, especialmente en pies, manos y axilas. Y lo peor de todo es que es imposible controlarlo sin ayuda externa. Pero tranquilidad: existen remedios que, aunque no logren erradicarlo, hacen la enfermedad mucho más llevadera.

El más común se aplica sobre la piel, a modo de desodorante, con unos antiperspirantes creados en base de aluminio. La segunda solución la dan fármacos como los anticolinérgicos, betabloqueantes o benzodiacepinas. También existe la iontoforesis, un tratamiento de corrientes eléctricas que inyectan en la piel una serie de sustancias que actúan contra el exceso de sudoración. Por último, el reclamo más efectivo (y definitivo) es la intervención quirúrgica, una opción muy útil para los más desesperadas que elimina para siempre los ganglios de más.