La advertencia de los expertos: la tasa de mortalidad del coronavirus podría ser más alta de lo que pensamos

  • Según las estimaciones de una investigación de la Universidad de Berkeley y California

  • El número real de muertes en Italia es más del doble de la cifra oficial, según el estudio

  • El 26% de los fallecidos por coronavirus en Nueva York tendrán menos de 65 años

Padecer coronavirus podría duplicar nuestras posibilidades de morir este año: es la conclusión de uno de los principales autores de un estudio elaborado por la Universidad de Berkeley y la de California en el que se analiza la tasa de mortalidad en algunos lugares concretos de Italia y Estados Unidos.

Los investigadores, comparando las muertes diarias en Italia desde enero de 2020 con las que se produjeron los cinco años anteriores, señalan que la tasa de mortalidad del país europeo es al menos del 0,8%, mucho más alta que la gripe estacional. Los científicos, extrapolando los datos italianos, estiman que la tasa de mortalidad en Nueva York no puede ser inferior al 0,5%, cuando algunos expertos de la Universidad de Stanford apuntaban a un 0,1%.

Ante estos resultados, Uros Seljak, profesor de física de la Universidad de Berkeley, y miembro del Instituto Berkeley de Ciencia de Datos, asegura que tener COVID-19 duplica las posibilidades de morir este año. “Si desea saber cuáles son las posibilidades de morir por COVID-19 si se infecta, observamos que una respuesta muy simple parece encajar con muchos datos: es lo mismo que la posibilidad de que muera en los próximos 12 meses de causas normales ", comentó Seljak. Su equipo descubrió que esta simple relación no solo es válida para la tasa de mortalidad general, sino también para la tasa de mortalidad estratificada por edad. El documento fue publicado en línea en MedRxiv.

El informe de Seljak señala que el número real de muertes en Italia (a partir del 18 de abril). El Gobierno Italiano reportó para esa fecha más de 20 000 muertes. La diferencia, probablemente, se debe a que muchos fallecimientos de personas mayores no se han contado en las estadísticas oficiales. Los investigadores analizaron la tasa de mortalidad de la región de Lombardía, y registraron cifras sorprendentes: casi el 13% de los mayores de 90 años fallecieron, las personas con edades comprendidas entre los 80 y los 89 años tenían casi un 6% de tasa de mortalidad y aquellos entre los 70 y los 79, un 2,3%. En este análisis se pudo ver que las personas con edades comprendidas entre los 40 y los 49 años tuvieron una tasa del 0,04%.

Sin embargo, el coronavirus no ataca según la edad. La diferencia entre las tasas de mortalidad de Lombardía y Nueva York reflejan un hecho muy a tener en cuenta: debido a que la población estadounidense es más joven que la italiana, se esperan más muertes entre los jóvenes, a pesar de que su tasa de mortalidad más baja. Según la investigación, alrededor del 26% de todas las muertes por coronavirus en Nueva York se producirán entre los menores de 65 años. Solo el 10% de las muertes italianas serán menores de 65 años.

El informe, además, en base a la tasa de mortalidad pronosticada y la tasa de positividad de los casos examinados, precisa que aproximadamente una cuarta parte de la población de Nueva York ha sido infectada con el coronavirus. Esta afirmación concuerda con la estimación de Andrew Cuomo, gobernador de Nueva York, que cifró una infección del 21%.

Los investigadores emplearon métodos estadísticos a menudo utilizados en el análisis de grandes conjuntos de datos: la media condicional con un proceso gaussiano (CGP) y un método de control sintético (SCM). "Algunos expertos piensan que incluso hemos sido demasiado conservadores, lo cual puede ser cierto. Acabamos de dar cuenta a las personas que han muerto hasta este momento, pero la gente sigue muriendo", señaló Seljak.

El grupo de investigación de Berkeley añadió en su investigación que en la ciudad de Bérgamo, Italia, probablemente se infectaron dos tercios de la población. Esto podría haber provocado la llamada inmunidad colectiva: suficientes personas inmunes para detener la propagación del virus entre los no infectados. Un factor clave para erradicar la pandemia.