¿Cuándo hablamos de obesidad? Tipos de obesidad que existen

  • Conocer las causas de la obesidad y sus distintos tipos es clave para luchar contra esta enfermedad: conoce todas las claves

  • La obesidad es una enfermedad ya es el quinto factor de muerte en el mundo

  • Un indicio de obesidad que el perímetro abdominal en hombres sea mayor o igual a 102 cm y en mujeres 88

La obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa en el cuerpo y que puede deberse a múltiples factores, muchos de los cuales se pueden prevenir. El tejido adiposo es una reserva natural de energía de los seres humanos: la energía se almacena en el cuerpo en forma de grasa corporal. Sin embargo, cuando esta reserva se acumula y se vuelve excesiva, puede llegar a poner en riesgo la salud o la vida. Es en estos casos en lo que hablamos de obesidad como enfermedad. ¿Qué tipos de obesidad existen y cómo podemos prevenirla? Ojo, también afecta y cada vez más a los más pequeños.

Tipos de obesidad: cómo evitar el sobrepeso

La obesidad se ha convertido en el quinto factor de riesgo de muerte en el mundo, y existen múltiples enfermedades asociadas a esta dolencia, incluidas las enfermedades cardiovasculares. Se calcula que unos 2,8 millones de personas adultas mueren anualmente en todo el mundo como consecuencia del sobrepeso o la obesidad y sus enfermedades asociadas.

En cuanto a cuándo podemos hablar de obesidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que existe esta enfermedad cuando el Índice de Masa Corporal o IMC es igual o superior a 30 kg/m². También es considerado un indicio de obesidad que el perímetro abdominal en hombres sea mayor o igual a 102 cm y en mujeres mayor o igual a 88 cm.

Un dato muy relevante, tal y como recuerda Obymed, es que la obesidad agrava en el corto plazo patologías graves como la diabetes, la hipertensión, las complicaciones cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer, como los gastrointestinales. Es también una indicación de la predisposición a varias enfermedades, especialmente enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, apnea del sueño, ictus y osteoartritis, así como para algunas formas de cáncer, enfermedades dermatológicas y gastrointestinales.

Para saber si padeces obesidad, es importante tener en cuenta el IMC o índice de masa corporal, un indicador que se obtiene al realizar el cociente entre la estatura y el peso del individuo al cuadrado. Así, el IMC nos indica de forma aproximada el porcentaje de grasa corporal existente en el cuerpo. En función de este indicador es posible hablar de distintos tipos de obesidad, por orden de gravedad. Así, según la OMS, la obesidad puede dividirse en:

  • Obesidad de grado 1 (grave). IMC 30-34 Kg/m2
  • Obesidad de grado 2 (muy grave). IMC 35-39,9 kg/m2
  • Obesidad de grado 3 (muy grave). IMC 40-49,9 kg/m2
  • Obesidad de grado 4 u obesidad extrema (máximo grado de gravedad). IMC >50 kg/m2

Por otro lado, existen tipos de obesidad según la distribución de grasa:

  • Obesidad abdominal o androide. En este caso, el exceso de grasa se localiza en el abdomen, el tórax y la cara. Este tipo de obesidad se asocia con la diabetes y con enfermedades del corazón.
  • Obesidad periférica o ginoide. El exceso de grasa se acumula en muslos y caderas. Es más frecuente en mujeres y se relaciona con problemas como las varices y la artrosis en las rodillas.
  • Obesidad homogénea. La grasa se reparte por el cuerpo en las mismas proporciones.

Por último, también existen tipos de obesidad en función de la causa que la provoca:

  • Genética. Es muy frecuente y tiene que ver con los antecedentes familiares, existiendo una predisposición a sufrir obesidad.
  • Dietética. Se trata de una causa controlable. Para evitarla es necesario llevar un estilo de vida sano, evitando el sedentario y una mala alimentación.
  • Obesidad por desajuste. En ocasiones existe un desajuste en el mecanismo de la saciedad, lo que provoca que la persona que lo padece no se sienta satisfecha al comer y que sienta la necesidad de seguir ingiriendo alimentos.
  • Defecto termogénico. Este tipo de obesidad aparece cuando el organismo no quema de forma eficiente las calorías que se consumen. Es también un tipo de obesidad muy poco frecuente.
  • Obesidad nerviosa. Tiene su origen en el sistema nervioso central, que es capaz de alterar los mecanismos de saciedad. Se asocia con personas que sufren enfermedades con la hipocatividad o ciertos problemas psicológicos.
  • Enfermedades endocrinas. Es generada por enfermedades de tipo endocrino, como el hipercorticismo o el hipotiroidismo, y no es muy frecuente.
  • Obesidad por medicamentos. Ciertos medicamentos pueden favorecer la acumulación de grasa. Por ejemplo, esto ocurre con los corticoides, así como con algunos tipos de antidepresivos.
  • Obesidad cromosómica. Se asocia al origen cromosómico de aquellas personas que sufren síndrome de Down o de Turner.

En cuanto a cómo evitar la obesidad, los factores controlables son una dieta sana y equilibrada, en la que se reparta la ingesta de alimentos en cinco comidas al día. Es recomendable reducir la ingesta de grasas y consumir muchas frutas y verduras. Además, el ejercicio es clave: evitar el sedentario te ayudará a reducir la obesidad. La recomendación es practicar deporte de forma habitual, al menos tres veces por semana durante 45 minutos.