Videopodcast A ver si me he enterado, con Miguel Ángel Oliver: Negra y mujer, Bisila Bokoko tiene una historia que contar

  • La empresaria reflexiona sobre el brote racista contra Vinicius y relata su infancia y juventud en Valencia, donde era la única niña negra en una ciudad blanca

  • Sus padres nacieron en Guinea Ecuatorial y, antes de la independencia, se trasladaron a la ciudad del Turia para crear una familia afroespañola en los años 70

  • Bisila Bokoko pertenece a la etnia ‘bubi’, tiene doble nacionalidad española-norteamericana y es considerada una de las voces hispanas más influyentes en Estados Unidos

Aterriza en Barajas cuando está en todo lo alto el debate sobre el racismo en España por los insultos a Vinícius en Valencia. Su Valencia. No le duele el debate, en el que se mete sin dudarlo, pero sí que haya ocurrido en la ciudad en la que nació en 1974. Le entristece que haya cosas que no han cambiado, aunque se niega a generalizar, y que los hechos vividos en Mestalla hayan tenido tanto eco internacional.

Cuando Bisila Bokoko parla valencià y se viste de fallera, esbelta y sonriente como solo los ‘bubi’ pueden serlo, es casi obligatorio que se te cruce un cable. No comprendes nada, porque este país sigue siendo un país paleto y faltón con los extranjeros. Yo mismo lo soy y me siento empujado a decirle que nací en una España en la que no veías ni tenías relación con ningún chico negro, salvo que vivieses cerca de una base norteamericana o tuvieras la suerte de ir a un show de los Harlem Globetrotters. El legendario equipo de baloncesto de Chicago estuvo en Madrid, Valladolid, Oviedo y León en 1977, dentro de su gira mundial para celebrar su 50 aniversario. Pero no pararon en Valencia, donde Bisila, con tres añitos, hubiera podido ver a alguien como ella, aparte de su propia familia.

Nueva York y África

Tuvo que esperar hasta los treinta y cinco años para viajar a África, a Ghana, y más tarde a Guinea Ecuatorial, la tierra de su familia, para darse cuenta de que allí todos eran negros. Fue un baño de negritud, aunque para entonces ya llevaba diez años viviendo en Nueva York, donde afroamericanos no faltan. Tras estudiar en Valencia y licenciarse en Económicas en Madrid, llegó uno de los grandes momentos de su vida. Había cursado un Máster en Dirección de Empresa y Comercio Internacional en La Gran Manzana y se lanzó a por la dirección ejecutiva de la Cámara de Comercio de España en la ciudad los rascacielos. Compitió y ganó. Ella misma ha contado que se le subió tanto a la cabeza que le pasó como a Ícaro, que se precipitó desde las alturas al fundir el sol la cera de sus alas. La despidieron siete años después. Bisila lo describe como caer desde lo alto del ‘Empire State Building’.

Niña, negra y gorda

Los Bokoko deben rebotar al caer. Lo hicieron sus padres, lo hicieron sus abuelos, su estirpe. En África no comprenden el mal occidental de la depresión. “Allí hay un estigma social con las enfermedades mentales”, nos dice Bisila cuando recuerda a su familia ecuato-guineana y repasa su infancia y juventud en Valencia. “Es que tenía todo: niña, negra y gorda”. La hicieron sufrir, pero sus padres se lo dejaron claro: “Tienes dos problemas: eres mujer y negra, y con eso vas a tener que lidiar”. ¡Pues vaya si ha lidiado! Cayó y rebotó en Nueva York. Allí obtuvo la nacionalidad norteamericana y creó su propia empresa, BBES, 'Bisila Bokoko Embassy International', que se dedica a la promoción de marcas de todo el mundo y al negocio de hacer el bien, su mantra promocional.

Las Fallas y los libros

Bisila Bokoko Vuela a España prácticamente todos los meses y, en cuanto puede, se zampa una paella. En marzo estuvo en su tierra, en las Fallas. Y ahora vuelve para presentar su libro Todos tenemos una historia que contar, que la llevará en los próximos días por distintas ciudades. En Granada tiene previstos dos actos en los próximos días. Después, regresará a Nueva York con la vista puesta en el otro gran proyecto de su vida: la alfabetización de África. “Allí hay niños que no han tenido jamás un libro en las manos. Niños y niñas que nunca han tenido nada suyo, nada propio. Con un libro, jamás estarás solo", dice Bisila. Para ella, los libros siempre fueron sus grandes compañeros de viaje, en los días de tormenta y en los días de sol de su infancia valenciana y de su madurez neoyorquina. No se ha separado de ellos. Ahora vuela con su propia historia debajo del brazo y se para un rato para contarla en “A ver si me he enterado”, el videopodcast conducido por Miguel Ángel Oliver en Nius, que esta vez termina con gritos de ¡negro!, ¡negra! No son como los insultos a Vinícius. Son poesía. Escúchalos.