Toni García, ganador en 2019 del título de mejor profesor de España: "Los padres no quieren ser los malos de la película con sus hijos"

Celebrar el Día Mundial del docente nos enfrenta a un horizonte lleno de minas: profesores desmotivados, chats de padres desatados, móviles de chavales de 12 años sonando en los pasillos de colegios e institutos. En este escenario en los que la enseñanza convive con el universo digital: ¿con qué métodos y qué dificultades afrontan los docentes para enseñar en pleno auge y vértigo de los móviles, las redes sociales y otros estímulos? Le preguntamos a Toni García Arias, Mejor profesor de España en 2019 y finalista del Nobel de la enseñanza , el codiciado Global Teacher Award 2021 que ahonda sobre la "pérdida de la autoridad" y "la injerencia de las familias" en la escuela española.

El problema no es la tecnología. El problema no es el porno. El problema es poner herramientas y contenidos a edades inapropiadas y sin formación. Un coche de 300 caballos no es un problema. El problema es la mano que lo dirige

"Nosotros como sociedad hemos hecho desaparecer la autoridad y está pérdida de autoridad hace que sea muy difícil gestionar un aula, sobre todo cuando hay alumnos complicados", pero no es la única razón que señala el profesor, que pasó de ser "un fracaso escolar" en su etapa de estudiante a convertirse en un apasionado de la enseñanza. Además, apunta a otras razones como las dificultades que tienen muchos docentes para "sancionar a alumnos que no se portan bien" y dejan al profesor "sin herramientas para solucionar estos problemas".

A eso se le suma que "cada ver hay una mayor injerencia de los padres, que ponen en cuestión la palabra del profesor, cuestionan todo lo que haces, incluso aspectos técnicos que no conocen" y para completar, "la Administración, que muchas veces está más a favor de los padres para no tener problemas, que a favor de los profesores". En el centro de ese eje está el docente: "Te encuentras indefenso, desmotivado y con injerencia en tu labor de personas que no están preparadas para valorar".

Lo afirma Toni García Arias, Director del colegio público Joaquín Carrión Valverde de Murcia, que cada día sale al ruedo ante un centenar de alumnos que lo escuchan. Los profesores se quedan sin herramientas para solucionar problemas que se le presentan y reclaman más implicación de las familias, que también tienen que recuperar "su autoridad" y ejercer de padres, porque "tienen una responsabilidad con el presente y el futuro de sus hijos."

"La escuela y la familia tienen que ir de la mano y educar en los mismos valores"

"Los padres no quieren ser los malos de la película con sus hijos", afirma. El ejemplo que usa para dejar clara esta idea es "cuando tu hijo se porta mal en una cafetería y le dicen 'si haces eso te va a reñir el camarero'. ¡No, tienes que reñirle tú!", argumenta este profesor, que cree firmemente que "la educación es la única cosa que puede cambiar el mundo". A los padres les dice que "tienen que ejercer esa labor de padre, porque no eres un colega de tu hijo, eres la autoridad y va dentro de tu responsabilidad".

Toni García Arias, finalista del Global Teacher Award, que está al pie del cañón cada día, nos habla de ese nexo perdido entre los profesores y los padres hace ya tiempo, antes de que comenzaran los chats de WhatsApp y los progenitores tejieran una alianza entre ellos, cuando los profesores eran los interlocutores más válidos.

"La escuela y la familia tienen que ir de la mano y educar en los mismos valores, en los mismos principios. "Estar en línea", subraya, "o el resultado es que alumnos que se convertirán en futuros ciudadanos van a tener menos herramientas para comportarse de un manera adecuada". Desde la familia tiene que recuperar la autoridad, pero también el apego, esos vínculos que unen a padres e hijos. "Cada vez los padres pasan muy poco tiempo en casa con los hijos, cada vez hay menos tiempo familiar". "Ese apego es muy difícil de mantener y si no hay apego en una familia y respeto es muy complicado educar", asegura.

Desde el punto de vista educativo y de seguridad, un teléfono móvil no pinta nada en un centro escolar. Lo único que generan son problemas y conflictos". Imagínate un instituto con 2.000 alumnos con 2.000 teléfonos móviles en el recreo lo que puede pasar

"El problema no es la tecnología. El problema no es el porno. El problema es la mano que lo dirige"

La revolución digital, con sus luces y sombras, ha irrumpido en la vida de todos cambiando el modo de hacer las cosas. Todos llevamos un móvil en el bolsillo, nos conectamos en cualquier parte, hacemos fotos de todo y a todos. Finlandia da marcha atrás con el aula digital, otros países le siguen indecisos en la encrucijada. Toni García es un "apasionado de la tecnología", pero es tajante: "¡Un teléfono móvil en un centro educativo no pinta nada!".

"La tecnología en el ámbito educativo es algo maravilloso, me gusta usarla en mis clases, creo que la realidad virtual, el 3D pueden cambiar la enseñanza y se pueden aprender aspectos como el interior del cuerpo humano, geografía, historia. El problema no es el instrumento", subraya, "sino el uso que hacemos de este". "El problema es que las nuevas tecnologías están en manos de menores que no saben usarlas", sentencia.

Y en ese sentido, advierte que "la tecnología interfiere si se usa mal". Su recomendación es que "en el ámbito educativo se use de una manera absolutamente equilibrada". De ahí su rechazo a "llenarlo todo de tecnología, porque hay aspectos del aprendizaje que no pueden conseguirse con tecnología", como "la escritura y la lectura, que no se pueden perder, porque gracias a esto se consiguen habilidades que de otra forma no podemos lograr".

En este apartado aparece la polémica de móviles sí o no en colegios e institutos. El docente explica que "nosotros diseñamos actividades que se pueden realizar con una tablet", que no acarrea los problemas de los teléfonos móviles por "la facilidad de su uso para actividades que no son lícitas". Reino Unido ha desterrado recientemente los móviles de las aulas en aras de la concentración de los alumnos y por el uso que se hace como herramienta de acoso.

"Si vas al aseo no vas con una tablet, pero sí puedes llevar un móvil y puedes grabar de manera oculta", algo que no puedes hacer con una tablet. "Desde el punto de vista educativo y de seguridad, un teléfono móvil no pinta nada en un centro escolar y no tiene razón de ser". "Lo único que generan son problemas y conflictos. Imagínate un instituto con 2.000 alumnos con 2.000 teléfonos móviles en el recreo lo que se puede generar", alerta.

"La escuela tiene que ofrecer una posibilidad de éxito a todo tipo de alumnos"

De los más jóvenes últimamente solo leemos noticias poco optimistas: violaciones que aumentan entre menores y a menores, suicidios, acoso en redes, peleas, uso de la Inteligencia Artificial para 'desnudar' a sus compañeras. El último, el chico de 14 años que apuñaló a varios compañeros en un instituto de Jerez. ¿Qué pasa con la educación en España? ¿En qué punto estamos?

"La escuela tiene que ofrecer una posibilidad de éxito a todo tipo de alumnos, dar respuesta a todos y a cada uno según sus características", considera Toni García, que suspendía continuamente las asignaturas, que no encontró lugar a su originalidad, dirige una escuela enfocada a eso, "la realidad es que somos una escuela muy encorsetada, que todavía no ha evolucionado".

Para conseguir "una escuela verdaderamente inclusiva", este profesor reivindica la enseñanza de la Filosofía, la Ética y las Artes. Estas "no pueden desaparecer", porque si dejamos al margen los valores que se aprenden y cultivan con estas materias "estamos deshumanizando la escuela" y si estos se quedan fuera de las escuelas "hay una parte fundamental de la formación del individuo que no estamos educando. Y el ser humano se basa fundamentalmente en esos valores".

Para que una sociedad tenga futuro la escuela tiene que estar orientada a formar "buenos seres humanos y buenos ciudadanos". "Generar buenos trabajadores está bien, pero no puede ser lo fundamental. Lo fundamental es que los individuos que salgan sean ciudadanos activos de bien en la sociedad del futuro", sentencia.