Jacobo Barchín, el guardia civil destinado en El Campello (Alicante) que está en silla de ruedas desde hace casi cuatro años por un grave accidente en bicicleta, recibió el pasado 8 de octubre la peor de las noticias. Tal y como ha explicado al portal web de Informativos Telecinco su esposa, Raquel, tanto el Ministerio de Defensa como el anterior director general de la Guardia Civil, Leonardo Marcos González, "le comunicaron el pase a retiro por, literalmente, inutilidad para el servicio, siguiendo en su empeño de discriminarle por su discapacidad y sin tener en cuenta las alegaciones presentadas precisamente por eso mismo".

El agente había pasado por tres tribunales médicos desde el accidente y todos le denegaron el poder volver a ejercer de guardia civil, cuando es su único deseo. Las últimas alegaciones se presentaron el pasado mes de junio, junto a un informe de su perito en el que se garantizaba que podía desempeñar numerosas funciones dentro del Instituto Armado y, como ya le dijeron anteriormente en otras estancias, descartan el apto con limitaciones que ha pedido todo este tiempo. Según apunta Raquel, al no poder alegar más por vía administrativa, ahora acudirán a la vía judicial, como podrían ser los Juzgados Centrales de lo Contencioso-Administrativo, en Madrid. Su abogado ya trabaja en los siguientes pasos a dar.

"Jacobo ha recibido un duro golpe con el pase a retiro. Tenía la esperanza de que Defensa y Leonardo Marcos González dieran un paso atrás y adaptaran su puesto de trabajo. Hace unos meses se informó de que se iba a cambiar el artículo 49.1 del Estatuto de los Trabajadores y, aunque los funcionarios van con otro Estatuto diferente, siempre queda la esperanza de que los incluyan a ellos y los tengan en cuenta. Pero a mi marido no se le tiene en cuenta. Y es que tenemos la ley general de las personas con discapacidad, que se hizo para proteger a las personas con discapacidad de todo tipo de discriminación, y hay también legislación interna en la Guardia Civil en este sentido, pero tampoco vemos que se aplique en su caso", detalla Raquel, que asegura que Jacobo irá hasta el final para recuperar su plaza en la Benemérita."

La esposa de Jacobo muestra su enfado también por cómo se le comunicó el pase a retiro a su marido. Las formas: "El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) se puso en contacto con Leonardo Marcos González, el anterior director general de la Guardia Civil, para exponerle la situación de Jacobo y el señor Leonardo Marcos González les contestó que se iban a impulsar cambios normativos para que los guardias civiles con discapacidad sobrevenida no fueran expulsados del Cuerpo. Sin embargo, esa noticia llegó el día 1 de julio, cuando, como tal y comprobamos en la resolución, el señor Leonardo Marcos González ya había firmado en junio el pase a retiro de mi marido".

"No sé en qué se basan para proponer el pase a retiro cuando mi marido no lo quiere y ha demostrado que todavía tiene mucho que dar a la Guardia Civil. Además, cabe destacar que existen precedentes similares de personas con discapacidad sobrevenida trabajando para el Ministerio de Defensa, como la soldado Isabel Fernández, y para el Ministerio del interior, como el policía nacional Rafael Prieto, ¿Es que acaso mi marido es menos que ellos? ¿Esta legislación no existe para Jacobo?", subraya Raquel.

Jacobo, de 34 años, tuvo el accidente de bicicleta el 2 de diciembre de 2020 en El Campello, en Alicante, donde estaba destinado. Estaba practicando su pasión por la bicicleta, pero una arqueta mal señalizada en el arcén de la carretera, casi le cuesta la vida. Sin embargo, luchó hasta el final, como también quiere luchar por su plaza para no perderla. Vio cómo de diagnosticarle una lesión medular completa en la vértebra dorsal 12, terminaron observando que era una lesión incompleta -"tiene algo de fuerza y sensibilidad en las piernas"-. Y, de igual manera, quiere que se observe y se determine que todavía puede aportar mucho a la institución y a la sociedad desde su silla de ruedas. Tiene mucho que dar. Y es que él, asegura Raquel, es totalmente independiente y autónomo; se compró una silla de ruedas ultraligera a medida, se compró un coche y lo adaptó para poder conducirlo él mismo.

Jacobo, que cumple este mes de octubre nueve años como guardia civil desde su entrada, continúa con el proceso de rehabilitación en La Barraca d'Aigües Vives, donde reside desde hace meses. "Sigue caminando todos los días, ahora ha empezado a subir y bajar escaleras con sus órtesis", detalla Raquel, que sabe que afrontan un "proceso muy largo, pero poco a poco él sigue avanzando". El agente cuenta con el apoyo de sus compañeros y de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). Tiene claro que no quiere vivir de una pensión, y que quiere seguir desarrollando su trabajo, ese que tanto le apasiona, en un puesto adaptado a sus nuevas necesidades. No entiende por qué le fuerzan a irse, "es una persona con muchísimo que dar en la Guardia Civil".

"Jacobo no piensa en el dinero, piensa en el amor a su trabajo. Su plaza no se la regaló nadie. Nadie le dijo 'esto es para ti'. La peleó y la ganó. Y nadie tiene derecho a arrebatársela y menos de esta forma. A una persona que quedó el 25 en su promoción. Le han llamado inútil, que la palabra dice mucho. Y una persona inútil, que no vale, no se saca cursos de formación en una cama de hospital como ha hecho mi marido", sentencia Raquel. La pareja espera continuar con su lucha y que el agente desempeñe trabajos de administración o burocráticos dentro del Cuerpo.

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