Garbiñe Abasolo, Miss España 1984: "Hui del mundo de las drogas y los amantes con dinero para crear mi empresa"

Garbiñe Abasolo, exmodelo y fundadora de Thinketers.
  • Fue nuestra primer top model internacional, la única durante un tiempo, pero su vida dio un vuelco

  • A partir de todo lo que observó desde la pasarela, creo Thinketers, una agencia y productora que tiene en sus filas a rostros como Chicote y Pila Rubio

  • A sus 60 años, confiesa que su apetito de crecer le permite comerse "a tres de veinte". Así piensa seguir hasta los 100

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Garbiñe Abasolo (Bilbao, 1964) respira a bocanadas. No por ansiedad, ni tampoco como un suspiro donde contener descontento, frustración o aburrimiento. Es su forma de hacer de su vida una sucesión de momentos intensos tomando en cada una de esas bocanadas de aire de lo bueno lo mejor. Sin caer en el cliché, se reconoce en ese carácter firme y, al mismo tiempo, calmado del pueblo vasco. Es así desde siempre, incluso antes de aquel día en el que, en plena adolescencia, alguien le preguntó si quería trabajar como modelo. Cuando se quiso dar cuenta, ya estaba desfilando en París, Japón, Londres… En 1984 ganó el certamen de Miss España.

Fue primera top model española internacional y brilló en los photocalls cuando las alfombras rojas ni siquiera habían importado esta palabra. Sus 60 años coinciden con los 30 de su agencia y productora Thinketers, números redondos que nos invitan a saber de su vida cuatro décadas después de su título de belleza.

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¿Qué te llevó a saltar de modelo a empresaria?

Todo sucedió de una manera muy natural y de acuerdo a cómo soy yo y qué valores me inspiran. Alguien me paró en mi vida y me ofreció ser modelo. Al principio me negué y mis dos primeros desfiles los hice como bailarina. En el tercero desfilé como modelo. Dudé por mis padres, pero al mismo tiempo sabía que mantendría mis valores de responsabilidad, compromiso y fidelidad a mis principios. De repente, empecé a viajar a París, Londres, Milán, Japón… Era la primera y la única modelo internacional. En esa vorágine que me llevaba por todo el mundo, paré y pensé: ¿Qué hago yo aquí? No había elegido nada, me había dejado llevar, pero reflexioné y supe que todo tenía que tener un propósito. Con 17 había montado una escuela de baile porque me gustaba crear y hacer coreografías. Ese propósito tenía que llegar por ahí.

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De repente, paré y me pregunté: ¿Qué hago yo aquí? No había elegido nada, me había dejado llevar

CEDIDA

¿Y nació Thinketers?

Soy muy creativa, pero también muy observadora. Todas las cosas que estaba viviendo en la moda me servían para dar estructura a mi negocio. Cuando iba a Japón, París y Londres, que eran mis mercados más fuertes, veía cómo se trabajaba con la agencia, el cliente (el anunciante) y con la producción (productora). Esto me permitía analizar el mercado y ver cómo producían. Observé, aprendí y decidí montar mi propia empresa, a finales de 1994. Todo lo que hacía era marketing, pero no era consciente porque surgía de una forma intuitiva, instintiva y orgánica. Como modelo, yo era una herramienta de marketing. Enseñaba prendas, me ponía delante de una cámara, interpretaba cómo lucir esa prenda o cómo vender un producto y cómo transmitir eso para que el consumidor se sumase al proyecto. Y de ahí nace Thinkaters, una empresa que es como yo. Inquieta, sensible, disruptiva, responsable, respetuosa...

Mujer, joven y con todas las etiquetas que quedan prendidas en los certámenes de belleza. ¿Fue fácil transmitir credibilidad como empresaria?

Llegué al mundo de la moda con unos valores potentes y muy forjados desde niña. Al echar la vista atrás, me siento más satisfecha por haberlos mantenido porque me han permitido integridad en mi manera de hacer y de pensar. Me gusta ser empática, honesta, dar lo mejor y agradecer. Así ha sido en cada etapa de mi vida, incluso en circunstancias que me hacían sentir mal y llorar por dentro. No tengo por qué clasificar absolutamente a nadie, simplemente topé con personas que se alejaban de lo que yo era.

Viví circunstancias que me hacían sentir mal y llorar por dentro

CEDIDA

¿Descubriste ese lado oscuro de la moda?

En París, Japón, Londres… presencié constantemente situaciones de drogas, machismos, prejuicios... A las modelos se nos etiquetaba y muchos hombres nos veían como prostitutas. Había compañeras que me miraban por encima del hombro porque llegaban con sus amantes millonarios y sus coches de lujo. Afortunadamente, tenía a mi familia, a mis padres, a mis cinco hermanos. Siempre han sido, igual que lo es hoy mi propia familia, mi roca y mi lugar seguro. Esta seguridad me ayudó a romper etiquetas. Fui la sexta de seis hermanos y siempre hicimos piña, pero desde la independencia que te hace crecer. Es así como he educado a mis hijos. Quiero que se busquen sus propios retos y su felicidad para que se sientan tan bien como yo a mis 60 años.

Presencié situaciones de drogas, machismos, prejuicios... A las modelos se nos etiquetaba y muchos hombres nos veían como prostitutas

CEDIDA

¿La vida es una decisión?

Cada uno decide cómo vivirla. En el victimismo o saliendo adelante disfrutando y atreviéndote a hacer cosas. La vida es como tú quieras, dándole la vuelta a lo malo y aportando soluciones a los problemas. Recuerdo que, siendo muy pequeña, estaba sentada en la escalera del portal y visualicé cómo quería ser como mujer. Te juro que soy la persona que pensé.

¿Cómo es hoy esa mujer que pensaste?

Sobre todo, con calidad humana y fortaleza para enfrentarme a retos, trabajos y relaciones. El eje en mi vida son las personas y conectar con ellas. A partir de ahí conecto para crear audiencias, con marcas comerciales, personales… Tengo un equipo de 50 personas e implemento esta misma filosofía en mi compañía. Estoy enamorada de todas y cada una de ellas y quiero que crezcan y me hagan crecer, que tengan muchos retos profesionales y personales, que no tengan techo y se sientan bien. Soy una mujer con los pies en el suelo, pero muy creativa, disruptiva y muy flexible.

Estoy enamorada de todas y cada una de las personas que trabajan conmigo. Quiero que crezcan y me hagan crecer

CEDIDA

El mundo del marketing ha sufrido una transformación brutal en estos 30 años de vida de Thinketers. ¿Te abruma el cambio que aún está por llegar?

Me permito decir que siempre fuimos por delante de las tendencias. Fuimos pioneros cuando YouTube nos hizo socios hace ya once años. Ahí descubrí la audiencia millonaria a raíz de salir en un programa de televisión, casi la misma que tenía un prime time. Me fui dando cuenta del cambio: nuevos players, nuevos canales, cambios de paradigma. Yo fui parte de esa transformación que nos costaba mucho contar. Las marcas, las cadenas, los anunciantes y las agencias aún no nos entendían. Nos costaba mostrar el valor de los contenidos, de los prescriptores, de gente que tiene una fiabilidad y credibilidad por su profesionalidad y su experiencia o porque comunicaban. Me sentía sola, pero hicimos ese cambio de paradigma. Cualquiera que sea el canal, lo principal es crear contenido del bueno para contactar y comunicar la verdad del anunciante o de las marcas personales o profesionales.

¿Lo de los influencers es postureo?

Igual que ocurre en la vida real, hay de todo. Es un reflejo de la sociedad y me satisface saber que hemos liderado el cambio. Hace alrededor de una década, nos dedicamos tres años a reunir a los influencers que en aquel momento eran youtubers y blogueros, y ya asomaba Instagram. Profesionalizamos a los influencers y lo hicimos de manera gratuita. Cuando hablan del postureo, ese postureo ya estaba en los anunciantes y en la publicidad. Yo creo en la autenticidad emocional, racional o informativa… lo que consideremos para cada comunidad o audiencia. Nosotros ayudamos a través del contenido a contactar con ellos y construir marcas a través del contenido del bueno. Lo producimos y lo distribuimos. La gente quiere que le hables transparente, que no les vendas motos.

Durante tres años nos dedicamos a profesionalizar a los influencers de manera gratuita

CEDIDA

¿Todo esto lo entienden los más veteranos?

Uno de nuestros objetivos es que las marcas de toda la vida, más analógicas, entiendan la parte digital y por dónde se están moviendo las personas en el consumo de productos. Cuesta más porque viene de un sistema muy creado. Estamos intentando que sean valientes y rompan con eso. Yo estoy en ese segmento de edad, pero no me creo nada. Quiero aprender y seguir evolucionando. Me veo con 80 años con ganas de aprender de mis hijos, mis nietos, de las redes sociales. Es lo que quiero hacer ver. Nos estamos encontrando con muchos directivos que están empezando a entender los nuevos canales y nuevos players. Pero hay que hacerlo desde el contenido bueno.

Me veo con 80 años con ganas de aprender de mis hijos, mis nietos, de las redes sociales

CEDIDA

¿Hay alguna línea invisible que una a las personas con las que trabajas?

La calidad humana y el talento. Desde la generación más joven hasta los de 50 o los 60 que tengo yo. Esa diferencia intergeneracional nos enriquece y lo consigo gracias a un liderazgo democrático. He visto direcciones de compañías con jerarquías por encima del bien y del mal donde impera el miedo. Es erróneo. Tienes que creer en el talento y dejar crecer. También mis representados coinciden en esta línea invisible. Chicote, Pilar Rubio y cualquiera de nuestros talentos y también clientes son buenas personas con capacidades y retos. Estoy en ese momento de mi vida que me permito elegir.

He visto direcciones de compañías con jerarquías por encima del bien y del mal donde impera el miedo. Es erróneo

CEDIDA

Volviendo a ese recorrido desde tu etapa de Miss España, ¿qué te hace feliz?

Sentirme orgullosa de mi pequeño mundo, saber que a mis 60 tengo tantas ganas de vida como tres de 20 y que nadie ha podido marcarme porque yo no me marco. Escogí el camino más lento, el del esfuerzo, pero el más consistente.