La pólvora de las manos del presunto asesino de Sheila coincide con la del cartucho de la escena del crimen

  • Las pruebas apuntan al exnovio de la joven

  • El crimen tuvo lugar hace 15 años en Asturias

  • Gracias a los avances actuales, la Guardia Civil cree haber resuelto el crimen

La madre de Sheila Barrero espera que la Fiscalía procese por fin al exnovio de su hija y acabar con la pesadilla que ya dura 15 años. “Es mucho tiempo de espera”, dice, pidiendo “que Sheila pueda descansar en paz”.

La joven murió de un disparo sola en su vehículo. Borja tenía residuos de disparo en la mano, pero dijo que había estado cazando y nunca se pudo probar el crimen.

La pólvora encontrada en su cuerpo coincide con la del casquillo

Ahora, gracias a los avances, los químicos de la Guardia Civil han podido ir mucho más allá y situar al presunta asesino en la escena del crimen, porque aseguran que la composición de la pólvora recogida en su cuerpo y la del casquillo coinciden.

Además, el informe habla de la cantidad de pólvora encontrada en la ropa de Borja corresponde a un solo disparo, dice la UCO, algo que contrasta con la jornada de caza que éste utilizó como coartada.

El asesinato de Sheila

Sheila Barrero fue encontrada sin vida en el puerto de Cerredo (Degaña) en enero de 2004 en el interior de su coche con un balazo en la cabeza. La mataron de madrugada, cuando volvía de la localidad de Villablino, en León, donde trabajaba como camarera en un bar de copas todos los fines de semana, a su casa de Degaña. Fue un hermano de la víctima el que descubrió el cadáver al ir a buscarla tras la tardanza y divisar su coche en un aparcamiento junto a la carretera.

El crimen ocurrió en el alto de La Collada. El coche estaba en un área recreativa situada en la subida a Cerredo. Sheila murió de un disparo en la nuca. Los dos médicos forenses que examinaron el cadáver señalaron que el disparo se efectuó a poca distancia con una pistola del calibre 6,35.

Entonces, la hipótesis sostenía que el disparo se efectuó desde el asiento trasero del coche de la víctima. Los investigadores decidieron imputar en su día a Borja y se le practicaron las pruebas en busca de la pólvora. Tras excusarse en la jornada de caza, y ante la falta de pruebas, se dictó el sobreseimiento provisional en el juzgado de Instrucción de Cangas del Narcea.

Tras varios recursos de la familia, el joven quedaría libre al no existir pruebas concluyentes.

Ahora, gracias a los avances de la técnica, la Guardia Civil cree haber resulto el crimen, y todo apunta a él.