Los enigmas que se empiezan a desvelar los testigos sobre el caso del asesino de los tirantes
Duros testimonios de los testigos en el juicio
"Nunca había visto una cara levantada así". "El golpe fue como de película". Son solo algunas de las confesiones de los testigos en el juicio del asesino de los tirantes. Los testigos que se encontraban en el bar Tocadiscos de Zaragoza la noche en la que Rodrigo Lanza acabó con la vida de Víctor Laínez han dejado claro que la violencia que este empleó contra el fallecido fue desproporcionada. No solo eso. Después de golpearle de forma brutal (la defensa alega que fue en legítima defensa y que el golpe mortal se produjo al caer al suelo) el joven, que ya en 2008 fue condenado por dejar a un Guardia Urbano en una silla de ruedas para el resto de su vida, le siguió pateando la cabeza.
Ahora, Lanza pide perdón a la familia, cambia su look de radical antisistema por otro de niño pijo y dice que Víctor le amenazó con un cuchillo. Un cuchillo que solo uno de sus amigos declara haber visto. El resto de testigo no lo vio. Tampoco se han encontrado los tirantes de la bandera de España que podrían ser la causa de la violencia emprendida por Lanza contra Víctor. La Fiscalía pide una condena por asesinato. Tampoco nadie ha encontrado ningún elemento con el que Lanza pudiera golpear a Víctor.
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"Lamento lo que ha pasado, siento mucho que una persona haya muerto pero yo actué porque se me atacó sin motivo aparente alguno. Lamento también el dolor de la familia pero... no sé ni qué decirles, he estado todos estos meses pensando qué decir a la familia de Laínez. Ahora solo espero que puedan entender que sólo actué defendiéndome, que tuve muchísimo miedo, que creí que iba a morir... Actué quizás pensando que podía aturdir a la persona o algo pero jamás pensé, ni remotamente, que le pudiera causar lesiones graves ni mucho menos que la persona pudiera morir", ha señalado el joven, aunque los testigos dejan claro el lamentable estado en el que el joven dejó a Víctor en el suelo.
La defensa y la acusación: diferentes versiones
Era diciembre de 2017 cuando Lanza entró a un local de copas de Zaragoza donde se encontró a Laínez, de 54 años. Ataviado con unos tirantes con la bandera de España, Laínez llamó la atención del joven chileno y ambos comenzaron una discusión en el bar que acabó con la muerte del Víctor, cuatro días después, por los fortísimos golpes recibidos.
Hasta ahí están de acuerdo los dos abogados, sin embargo, la acusación sostiene que fue Rodrigo quien comenzó la disputa llamándolo facha y fascista, y que lo agredió, y asesinó, por su posicionamiento político. Los testigos sostienen también esta versión, alegando que la víctima fue atacada por la espalda. La defensa, que pide la absolución, mantiene lo contrario. Que fue Laínez el que empezó la discusión diciéndole que se fuera a su país y que Lanza, bajo los efectos del alcohol, solo lo agredió en defensa propia cuando el hombre se acercó a él con una navaja.