La medida significa que todo el territorio continental de Chile y la Antártica quedarán con una diferencia de cuatro horas respecto a la hora internacional de Greenwich (GMT), en lugar de las tres que rigen durante el verano austral.
En el territorio insular occidental, que abarca la Isla de Pascua e Isla Sala y Gómez, en el Pacífico, también deben atrasarse los relojes y quedarán con una diferencia de seis horas respecto a la GMT.
La iniciativa de tener horas distintas en invierno y verano data de 1970 y, según las autoridades, tiene el propósito de un mejor aprovechamiento de la luz solar.
El cambio de hora estará en vigor hasta el segundo sábado de octubre de 2009.