Consejos para dormir bien en verano y esquivar la ola de calor sin insomnio por las altas temperaturas

  • El verano ha comenzado por todo lo alto y las elevadas temperaturas pueden llevarnos a pasar noches sin pegar ojo

  • Existen trucos que te permiten reducir el calor de tu vivienda y bajar tu temperatura corporal

  • Al contrario de lo que se suele pensar, las duchas heladas acaban generando más calor en nuestro cuerpo: lo mejor es una ducha tibia

El verano ha comenzado por todo lo alto y los primeros días de julio han coincidido con un aumento de las temperaturas prácticamente en todo el país. Además, se espera una ola de calor que, previsiblemente, comenzará este viernes y que afectará a una docena de provincias: las temperaturas podrían superar los 40ºC en Castilla-La Mancha y Andalucía, donde el domingo incluso pueden rozar los 50ºC. La primera gran ola de calor de este verano procede del Norte de África y no será la última: prepárate para las altas temperaturas con estos consejos para dormir bien en verano a pesar de las altas temperaturas.

Consejos para dormir bien en verano

Dormir el verano no es nada fácil si vives en zonas en las que las temperaturas no descienden demasiado durante la noche. En general, las zonas costeras presentan un mayor equilibrio en este sentido, gracias a la presencia de humedad. Sin embargo, en el interior del país la escalada del termómetro puede regalarnos noches verdaderamente insoportables. En momentos en que las temperaturas pueden llegar a ser extremas, es importante, además, prevenir posibles golpes de calor.

Hacer uso del aire acondicionado, de ventiladores y de cualquier aparato que nos ofrezca la tecnología para paliar los efectos del calor se convierte en necesidad durante estos días, pero también es posible recurrir a pequeños trucos infalibles que tal vez no conozcas y que pueden ayudarte, y mucho, a combatir los efectos de una ola de calor o, simplemente, de las noches más calurosas de la cuenta.

  • Reduce la presencia de aire caliente en tu habitación enfocando un ventilador hacia la ventana. De esta forma, el aparato sacará el aire más cálido hacia fuera, refrescando toda la estancia. También puedes colocar un bol con hielo o agua helada frente a las aspas del ventilador y, de esta forma, el aire que se genere será más fresco. Lo mismo se aplica a mojar una sábana y colgarla de la ventana, ya que la humedad ayudará a refrescar el aire, de la misma forma que ocurre cuando nos encontramos con humedad en el ambiente.
  • Date una ducha tibia. Aunque nuestra tendencia será darnos una ducha helada, parece que esta opción activa nuestro organismo e incrementa nuestro gasto energético, por lo que podrías pasar más calor a la larga. Una ducha a una temperatura agradable te ayudará a relajarte y a perder parte del calor de tu cuerpo sin grandes contrastes, lo que te influirá positivamente en tu capacidad para conciliar el sueño.
  • Cena ligero y consume alimentos hidratantes. Si cenas a lo grande, tu cuerpo tendrá que generar calor para digerir todo lo consumido. Por eso se recomienda cenar ligero y optar por alimentos hidratantes que te ayuden a sentirte bien y a perder la hidratación perdida al sudar (básicamente, frutas y verduras, sobre todo las de verano). En cuanto a la comida picante, puede servirte de ayuda, dado que sirve para estimular la sudoración. Si sudas antes de dormir estarás perdiendo calor y refrescándote antes de ir a la cama.
  • Enfría tus sábanas. Un truco consiste en meterlas en el congelador para enfriarlas y perder un poco de temperatura corporal al tumbarte en ellas. Lamentablemente, este efecto durará poco, pero puede bastar para que logremos conciliar el sueño.
  • Evita el contacto humano. Si el contacto piel con piel es un remedio histórico para recuperar la temperatura en caso de frío extremo, lo contrario también se aplica. En caso de temperaturas elevadas, estar en contacto con otra persona hará que pases mucho más calor y que sudes en mayor medida. Así que, si es posible, reduce este contacto para descansar mejor.
  • Refréscate la cara y las muñecas. Estas zonas de tu cuerpo son las que más calor desprenden, por lo que refrescarlas, por ejemplo, con agua fría, te hará sentir mucho mejor. Hazlo antes de acostarte durante unos minutos y, si es necesario, mantén un spray cerca de tu cama para rociarte con agua fresca.
  • Huye de las partes más cálidas de la casa. Puedes intentar reducir la temperatura de tu casa acudiendo a textiles frescos, persianas, ventilación cruzada... Además, si tienes la posibilidad, elige dormir en el piso inferior y evita las zonas muy expuestas al sol durante el día. Los muros acumulan calor y esto se dejará notar en el interior de tu vivienda. Si tienes terraza o jardín, regar con agua fresca a última hora de la tarde ayudará a liberar calor de suelos y paredes.