Del crisantemo a la rosa: flores típicas del día de Todos los Santos y su significado

  • Las flores han servido como ofrenda a los fallecidos desde hace siglos y en todo tipo de culturas

  • Determinadas flores son especialmente comunes en los rituales funerarios, como el Día de los Difuntos

  • Es el caso del crisantemo, el gladiolo, el clavel, la cala o la rosa

Cada año, tanto en España como en Latinoamérica y, en menor medida, en otros países del mundo, se celebra el Día de Todos los Santos y el Día de los Difuntos, fechas que a menudo se confunden y entremezclan pero que tienen un punto en común: honrar a nuestros difuntos a través de todo tipo de ofrendas y rituales. Si en el caso de Latinoamérica la tradición católica se entremezcla con la indígena, en España los rituales tienen un carácter más religioso. En cualquier caso, las flores siempre están presentes, y cada una de ellas tiene un significado si la utilizamos como ofrenda en cualquier evento religioso relacionado con la muerte. Para que puedas elegir qué flores utilizar en cada momento y acertar siempre, toma nota de cuáles son las flores típicas del día de Todos los Santos y cuál es su significado.

Flores típicas del día de Todos los Santos: significados

El Día de Todos los Santos, que tiene lugar el 1 de noviembre, es una festividad dedicada a honrar y celebrar a todos los santos por su labor a la hora de difundir el mensaje de Dios. Va seguida del llamado Día de los Difuntos que, en realidad, se celebra el 2 de noviembre. Aun así, dado que el día 1 de noviembre suele ser festivo, miles de personas aprovechan la jornada para visitar a sus difuntos en el cementerio y agasajes con flores y otras ofrendas.

Esta costumbre no es exclusiva del Día de Todos Los Santos: en general, los rituales relacionados con la muerte siempre envuelven la ofrenda de flores, y su significado en este contexto es importante. Por eso existen determinadas flores típicas del Día de Todos los Santos y, en general, de este tipo de rituales, cuya simbología conviene conocer.

  • Crisantemo (Chrysanthemum). Esta tradicional flor en el Día de Todos los Santos se encuentra en pleno esplendor durante el otoño y tal vez por eso se ha convertido en la más relacionada con esta jornada. Su origen es asiático pero se ha extendido por todo el mundo y está presente en muchos colores y variedades. Se asocia con la muerte, pero simboliza todo lo contrario: eternidad, fidelidad, optimismo, sabiduría y larga vida.
  • Gladiolo (Gladiolus). Es otra flor típica de los rituales funerarios, también durante esta festividad. Su simbología está muy relacionada con la memoria, el recuerdo y la presencia de los que ya no están. También con la valentía y la victoria: en época romana era símbolo de victoria en la batalla y simbolizaba fuerza y honor. Por eso se trata de una ofrenda que pretende resaltar las virtudes del difunto. También serviría para señalar al difunto el camino para alcanzar una vida mejor, dado que esta flor de alto tallo siempre apunta al cielo.
  • Clavel (Dianthus caryophyllus). Esta flor está muy ligada a la religión católica y, en el rito funerario, su significado varía en función de su color. Así, el clavel rojo simboliza respeto y admiración hacia el difunto; el clavel blanco denota inocencia y amor puro hacia la persona que fallece; y el clavel rosado demuestra recuerdo.
  • Cala (Zantedeschia aethiopica). Es otra de las flores más típicas en los eventos funerarios y se suele regalar para transmitir reconocimiento, simpatía y pureza. También transmite inocencia.
  • Rosa. La rosa simboliza pureza y esperanza, así como un nuevo comienzo. Es otra de las opciones preferidas como ofrenda a los fallecidos y a sus familiares en cualquier evento de este tipo, incluyendo el Día de los Difuntos.

Por último, también existen otros objetos que tradicionalmente depositamos en las tumbas a modo de ofrenda: velas, figuras religiosas, fotografías, objetos personales... En Latinoamérica es costumbre ofrecer a los fallecidos sus comidas favoritas e incluso música, y se les puede velar durante toda la noche aprovechando que, durante el Día de los Difuntos, los vivos y los muertos pueden, según la tradición, volver a comunicarse.