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Sigue la búsqueda en aguas de Tenerife de la pequeña Anna y su padre, Tomás Gimeno. Ahora, con más esperanzas que nunca de poder encontrar sus cuerpos. Las sospechas de los investigadores se han visto reforzadas en las últimas horas, tras el hallazgo de dos botellas auxiliares de buceo que pertenecían al progenitor. La hipótesis es que las habría utilizado para provocarse la llamada 'muerte dulce' después de matar a sus hijas.
Las dos botellas de aire se encontraron el pasado fin de semana. Son de Tomás Gimeno porque tienen número de serie y han encontrado la factura en su casa. También tenía un propulsor habitual de pesca submarina pero no lo utlizó, sí el cinturón de 8 kilos de plomos con el que se lastró.
Las botellas son auxiliares de emergencia en el buceo recreativo o en la pesca submarina. Llevan un miniregulador o boquilla para respirar.
La teoría de la Guardia Civil es que respirando el aire de esas minibotellas. una mezcla de nitrógeno y oxígeno, Tomás Gimeno consiguió evitar la muerte violenta por ahogamiento. 20 inhalaciones bastarían para entrar en narcosis en minutos. Pérdida de memoria primero y luego de conocimiento. Le llaman muerte dulce.
Sin botellas de aire al caer con 8 kilos de plomos y atraído por la gravedad, le habría sido imposible controlar la amnea se habría ahogado violentamente.
Esta prueba demuestra que el padre de Anna y Olivia lo pensó todo con premeditación y que después de lastrar a sus hijas, cargar el telefono y despedirse de su novia , su padre y amigos, se suicidió. Ahora falta encontrar el cuerpo y el cinturón de plomos que deberían estar cerca.
Beatriz Zimmerman, la madre de las niñas desaparecidas en Tenerife, ha decidido, por el aumento de casos Covid en la isla, aplazar la misa funeral por su hija Olivia, despedida que deseaba que fuera pública como agradecimiento por la solidaridad que le han mostrado en estos casi dos meses desde que Tomás G. se llevó a las menores.