Alan Hattel, de 75 años, se ha llevado la gran sorpresa de su vida después de encontrar una tumba con su nombre en el cementerio de la localidad escocesa de Forfar, según recoge el medio local 'The Courier'. En la lápida también había otro nombre, el de su exmujer, de quien se separó hace 26 años y con quien tiene dos hijos en común.
Hattel se ha mostrado convencido de que ella es la responsable de la tumba falsa y ha relatado a los periodistas que en los últimos meses sus amigos habían dejado de llamarle y había empezado a sospechar que algo extraño pasaba. "La gente piensa que estoy muerto", lamentó.
Además, sostiene que nunca expresó su deseo de ser enterrado junto a ella ya que "tengo la intención de que me incineren". Hattel, soldador de profesión durante 37 años y actualmente retirado, ha añadido que "encontrarte tu propia lápida no es algo que ocurra todos los días. Parece sacado de un programa de humor". Actualmente vive con su pareja y sus dos hijos.
Por último, tras ser preguntados otros miembros de la familia, han declarado que "esto es un tema familiar y se resolverá en privado", aunque parece claro que el cuerpo de Alan Hattel no descansará en el lugar donde figura su nombre en la lápida del cementerio.