La difícil tarea de explicar la verdad de las muertes de Albalate

La mujer de José Luis Iranzo está dolida porque el ministro del Interior dijo que se había dado una respuesta rápida con la detención de Norbert Feher alias Igor el ruso. Quizá es una afirmación que sacada de contexto no se entiende con tres muertos sobre la mesa. No fue la frase más afortunada de todo lo que dijo y no debió ser resaltada así porque Juan Ignacio Zoido no parece que quisiera decir precisamente eso, sin más. No es un hombre al que le falte tacto o sensibilidad ante tamaña conmoción. Pero la viuda de Iranzo ha decidido hablar y desahogar su pena, y tiene derecho a interpretar lo ocurrido como quiera. Ella piensa que la muerte de su marido se podía haber evitado. Es lo que pensaríamos todos en su lugar. Y escribe su denuncia en una red social. "Las pruebas de Albalate eran contundentes... y, sin embargo, todos iban a pecho descubierto. José Luis no sabía a qué se enfrentaba". Seguro que no, pero los agentes tampoco. ¿Es un fallo? No sabríamos valorarlo. Lo hechos pueden dar respuestas. El ministro del interior ha intentado explicarse: “Comprendo su dolor porque estuve con ella, pero la Guardia Civil no sabía que se enfrentaba a un delincuente tan peligroso”. Y no miente. La Guardia Civil no sabía que el pistolero que hirió a dos personas diez días antes era Igor el ruso. Analizaban la munición, extraña porque no se usa en España, y de hecho el departamento de Criminalística estaba cotejándola con otros crímenes. No podían imaginar que esa munición de 9 milímetros italiana, que deja unas muescas distintas a la convencional parabellum, pertenecía a Norbert Feher, el hombre más buscado de Italia.