El inicio de los Sanfermines en Pamplona ha estado rodeado de polémica y de tensión en el balcón del Ayuntamiento, donde la Policía Municipal ha impedido que los representantes de EH Bildu y de Geroa Bai desplegaran una ikurriña.
Este ha sido el motivo del encontronazo de los implicados. “¡No la voy a soltar!”, gritaban mientras se daba un forcejeo con los agentes.
La portavoz consistorial de Geroa Bai en Pamplona, Itziar Gómez, ha recordado que se ha permitido exhibir la bandera desde 1975 y que el trato recibido le ha parecido “incomprensible y duro”.
Sin embargo, el nuevo alcalde, Enrique Maya, ha defendido que había prohibido la presencia de banderas y de pancartas por seguridad. Para ello se ha realizado un despliegue de 2.600 policías y se han hecho controles en los que además de tapones se bloqueaba el paso a telas grandes.
La medida se ha cumplido en el edificio del consistorio pero no en la plaza, donde a pesar de la oposición de los agentes se ha abierto paso una columna de personas con una ikurriña y una bandera de Navarra ha ondeado al lado de carteles por los presos de ETA.
A pesar de las diferencias, la tolerancia cero a unas agresiones y abusos sexuales que aún hoy se han seguido repitiendo, ha sido el punto de unión entre los representantes.