El batería de Los Piratas murió tras agredir presuntamente a un agente y a su mujer víctima de un disparo de un Guardia Civil, que acudió a su casa por lo que en principio pensaron que era un caso de maltrato. La familia de Javier Fernández asegura que avisaron de que se trataba de un brote psicótico. El fallecido era bipolar y llevaba un tiempo sin tomar la medicación.