Su mujer se encontraba a la orilla del lago Kyoga junto con un grupo de mujeres cuando un cocodrilo de enormes dimensiones la alcanzó. Nadie volvió a verla. El animal, no solo la había devorado a ella, sino que también acabó con la vida del bebé que esperaba junto a su marido.
El futuro de Mubarak se vio truncado por el animal. Es entonces cuando el rencor se apodera de él y decide vengarse.
Debastado, Mubarak encarga a un herrero hacer una lanza. Y con tan solo este utensilio, y tras varios intentos, el protagonista acabó con el animal. "La gente estaba impresionada. Lo que realmente sorprendió a todos fue el tamaño de la bestia. No era un cocodrilo ordinario. Era muy grande. Así que la gente nos llamó héroes", ha explicado el viudo a la cadena británica BBC.
"Soy un hombre deprimido que perdió a su esposa y el hijo que nunca nació", continúa. "Pero los vecinos siguen diciéndome: 'Gracias por matar a la bestia. Es de allí de donde tomamos agua y estamos seguros que se habría llevado a alguien más, así que hiciste un gran trabajo'”, ha dicho.