Su padre notó su ausencia cuando llegó de trabajar por la tarde y el niño no estaba en casa, por lo que llamó a la escuela y allí le comentaron que Roberto, de 14 años, no había acudido a las clases.
De inmediato, denunció la desaparición a los Mossos d'Escuadra y comenzó a colgar carteles con su foto por la ciudad. Roberto mide 1,75 metros y en la mañana de su desaparición vestía un pantalón corto gris y una camiseta negra de Nike.
Su padre le ha pedido desesperadamente que vuelva dé señales de vida. “Roberto donde estés no pasa nada… llama a algún amigo tuyo pero tengo que saber dónde estás. Sabes que eres lo más grande que tengo, ya hemos pasado cosas difíciles antes los dos y hemos salido para delante. Necesito saber que estás bien o con quién estás”.
“Te estoy esperando para que vayamos a comprar las zapatillas que querías”, le dice un padre roto de dolor que le recuerda que “hemos venido a Barcelona para cumplir tu sueño, ser el mejor dibujante del mundo”.
“Vente aquí, que no te vamos a regañar, que te vamos a entender”, suplica el padre entre lágrimas.
La policía catalana y las policías locales se han hecho cargo de la investigación del caso. Han rastreado las cámaras de seguridad y de vigilancia del metro.
Los agentes también se han llevado los ordenadores tanto del domicilio como del centro escolar al que asiste para rastrear su actividad en Internet.