Una mujer se suicida en un hotel de Madrid tras meses esperando que se le aplique la Ley de la Eutanasia

  • “A lo mejor aguanto hasta octubre o a lo mejor no...”, advirtió la mujer

  • La doctora le dijo que se había hecho objetora de conciencia y que no podía ayudarla

  • Otro de los médicos certificó que no cumplía los requisitos para acogerse a la ley de eutanasia

Su vida era sufrir un poco menos. Había pedido acogerse a la Ley de la Eutanasia el pasado 7 de julio en el Hospital Gómez Ulla. La última respuesta de la Administración la obtuvo el 8 de septiembre. Le dijeron que debía seguir esperando. El pasado domingo, reservó una habitación de hotel y se quitó la vida. a mujer sufría una patología crónica osteomuscular incurable, agravada por su intolerancia a los opioides que padecía desde hacía 14 años y a la que se había añadido hace poco un cáncer de vejiga “invasivo y de alto grado”.

Según ha podido saber El País, esta persona realizó la solicitud el 7 de julio pidiendo ayuda para morir. Inicialmente, la profesional sanitaria le corroboró que así sería, pero 48 horas más tarde le comunicó que se había declarado objetora de conciencia. Por lo tanto, era necesario que otra médico examinase a la mujer y estudiase de nuevo si cumplía con los requisitos para ejercer el derecho reconocido por la ley. No obstante, y según el mismo diario, la mujer solo obtuvo silencio por respuesta. Desde la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid le han comunicado a El País que el siguiente profesional que valoró su situación consideró que no cumplía los criterios necesarios para recibir la asistencia.

“No se trata de un capricho, es que mi vida consiste en sufrir lo menos posible, y aun así mi sufrimiento es intolerable. Por eso digo que a lo mejor aguanto hasta octubre o a lo mejor no”, había asegurado la mujer que se quitó la vida con una substancia en el mencionado hotel.

De igual forma, el asesor de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) y doctor Fernando Marín había explicado al periódico que él presentó una queja a la Dirección General de Humanización y Atención al Paciente de la Comunidad de Madrid y que esta se limitó a remitirla a la Viceconsejería de Asistencia Sanitaria y Salud Pública.

“Una semana después todavía no tengo ninguna respuesta, lo cual es claramente irregular”, había lamentado la mujer, sentenciando el día 3 de septiembre que “a lo mejor aguanto hasta octubre o a lo mejor no...”.

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