El ejemplo de Natalia que deja a otros niños con la boca abierta: no puede comer pero es feliz

  • Natalia, según su madre, es de otro planeta, generosa con sus 5 hermanos, cómplice con su gemela, cariñosa y sobre todo positiva.

  • El futuro de Natalia es bastante incierto, pero su familia y ella no piensan ya a largo plazo

  • Una unidad específica del Hospital de La Paz se encarga de que su vida sea cada día mejor

¿Tienes miedo cuando entras en el quirófano? ¿Echas de menos a tus hermanos cuando estás en el hospital? ¿Te gustaría poder comer? Preguntas duras respondidas con una sonrisa que cautiva. Natalia tiene 9 años, ha pasado 7 ingresada en varios hospitales, decenas de operaciones, una cardiopatía congénita de difícil pronóstico y un fracaso intestinal que la imposibilita comer de forma natural. Mucho le debe a su familia y también a la asociación somosnupa.org

La complicada vida de Natalia y la de su familia, se sobrelleva con una palabra “normalizar”. Eso es lo que intenta en charlas como las que ha dado a un grupo de escolares de Madrid. Niños y niñas de su misma edad que tratan de ponerse en la piel de Natalia. Lecciones de vida recibidas desde la serenidad de una niña de tan solo 9 años pero con una madurez que impresiona.

Natalia hace cotidiano, situaciones extremadamente complejas. Su madre, Sara, dice que ella es de otro planeta. Generosa con sus 5 hermanos, cómplice con su gemela, cariñosa y sobre todo positiva. La fundación Nupa ayuda a niños como ella y les enseña a familiarizarse con la nutrición parenteral. El sistema digestivo de estos niños no funciona y por eso ingieren los nutrientes necesarios por vía intravenosa. 16 horas al día pegadas a una bolsa con esos nutrientes.

Estos niños pueden mejorar notablemente su calidad de vida con donaciones múltiples de órganos. Son operaciones muy complejas que se realizan en una unidad específica del Hospital de La Paz. Pero el corazón de Natalia no aguantaría este tipo de intervenciones. El futuro de Natalia es bastante incierto, pero ella, sus hermanos y sus padres han aprendido a no pensar a largo plazo. Ver sonreír a Natalia hoy es suficiente. Mañana, ya se verá.