Una especie de cueva se convirtió en el refugio de Silvana y uno de sus hijos. Las llamas devastadoras sorprendieron a esta familia de Ojén que pensó morir pero la valentía de esta madre coraje les salvó la vida. Silvana atravesó el campo, se partió la pierna, se llenó de magulladuras mientras su marido con su otro hijo y la suegra huía por otro camino. Hoy, con su casa arrasada y tan sólo 20 euros en el bolsillo, pueden contarlo.