Por qué Semana Santa cambia de fecha cada año

  • La Semana Santa se relaciona con el calendario lunar, que no coincide con el calendario gregoriano

  • La Iglesia se plantea fijar una fecha concreta basada en el calendario convencional, aunque es necesario consenso

La Semana Santa 2021 comenzó este año el pasado 28 de marzo, con el Domingo de Ramos como pistoletazo de salida de esta conmemoración histórica. El Domingo de Resurrección, que se celebra exactamente siete días después, tuvo lugar el 4 de abril. Sin embargo, estas fechas no son estables cada año, aunque existe una forma sencilla de conocer cuándo será la Semana Santa de 2022 y la de cualquier otro año. ¿Por qué Semana Santa cambia de fecha cada año?

Por qué Semana Santa cambia de fecha cada año

El origen de las diferencias en las fechas de la Semana Santa cada año se encuentra en la forma de calcular cuándo tendrá lugar esta celebración. Para ello, no atendemos al calendario convencional, sino al calendario lunar. Así, el Domingo de Resurrección debe coincidir con el siguiente domingo tras la primera luna llena de la primavera. Dado que este evento varía cada año, también lo hace la fecha del calendario. Los ciclos lunares no coinciden con la periodicidad solar, que es la que utilizamos normalmente para ordenar nuestras fechas.

Para comprender estas diferencias debemos centrarnos en el estudio del calendario gregoriano y del calendario lunar. El equinoccio de primavera se suele situar entre los días 19 y 21 de marzo en el hemisferio norte, aunque no existe una fecha concreta. Por otro lado, las lunas llenas tienen lugar cada 29,5 días aproximadamente, en un ciclo que no se ajusta al calendario gregoriano dividido por meses. Mientras, sabemos que la Tierra tarda 365 días y seis horas en dar una vuelta completa al Sol de forma aproximada, de modo que el movimiento de traslación no coincide con el calendario gregoriano que utilizamos habitualmente. Para corregir esto, cada cuatro años se suma un día al calendario, generándose los llamados años bisiestos.

Partiendo de esta información, lo que debemos tener en cuenta es la fecha exacta de inicio de la primavera (que colocamos de forma aproximada el 21 de marzo de cada año). Bastará situar en el calendario tradicional la siguiente luna llena tras el inicio real de la primavera y, a continuación, el domingo posterior a este evento, para poder fijar el Domingo de Resurrección de cada año.

En cuanto al origen de este sistema basado en el calendario lunar, lo encontramos en el hecho de que los cristianos, a la hora de celebrar esta festividad, acudieron a los evangelios para determinar la muerte de Cristo. Según estos textos, la muerte se produjo el día de la Pascua judía, una festividad que se rige por el calendario lunar y que coincide con el 15 del mes hebreo de Nisán, que empieza con la primera luna llena de primavera.

Por ello, en el I Concilio de Nicea del año 325 se fijó que la Pascua debía celebrare siempre en domingo, sin coincidir con la Pascua judía y solo una vez al año. Fue de este modo como se acordó usar el primer domingo tras la primera luna llena de primavera.

Posteriormente, el Concilio Vaticano II trató este tema, asegurando que la Iglesia "no se opone a que la fiesta de Pascua se fije en un domingo determinado dentro del Calendario Gregoriano”. Así, no hay que descartar la posibilidad de que este sistema cambie en el futuro, aunque siempre previo acuerdo con el resto de confesiones cristianas. A ello se suma que, en 2015, el Papa Francisco mostró su voluntad de establecer la segunda semana de abril como la fecha fija para la Semana Santa. Sin embargo, todavía no se ha llegado a ningún acuerdo.