El servicio telefónico de emergencias se refuerza para que ningún mayor esté solo

  • Las llamadas semanales a los mayores ahora se hacen cada pocos días

  • 135 personas mayores han sido asistidas en su domicilio en Sevilla

Muchos ancianos en nuestro país que viven solos en casa suelen tener atención telefónica durante todo el año pero en esta crisis esas llamadas casi se han convertido en diarias. La atención en sus domicilios en caso de necesidad es inmediata.

El confinamiento en las personas mayores es muy duro, entre otras cosas porque se agrava el sentimiento de soledad. Por eso, desde el Servicio de Intervención Social Cruz Roja se intenta que ningún mayor se sienta solo. "Sí ya antes el seguimiento era semanal ahora casi lo hacemos cada dos días", comenta Ausi Priet, directora de servicio de llamadas en Sevilla.

No solo es un mal anímico. También durante este confinamiento se ha registrado un mayor índice de caídas de nuestros mayores. "De 8 a 9:30 h tenemos mayor índice de caídas", señala Carlos cabrera, delegado de Seguridad del Ayuntamiento de Sevilla. Solo en la capital andaluza 135 personas mayores han sido asistidas en su domicilio por los bomberos y la Cruz Roja desde el 14 de marzo.

Cuidado a los ancianos en el 112 de Madrid

Las UVI móviles de servicio de emergencias 112 de Madrid tampoco descansan. Realizan unas 15 asistencias diarias. En total, el volumen de avisos que atienden se ha cuadruplicado desde el antes de la pandemia.

Acompañamos a una UVI móvil en un día de trabajo. Acaban de recibir un aviso y no tardan de llegar al domicilio del que procede. Les abre una joven que ya ha pasado la enfermedad. Ahora es su abuela la que está enferma. Ya se encontraba en aislamiento domiciliario con su nieta, Emma, pero tras 33 días ahora ha empeorado. Mientras ellos exploran a la paciente, otra compañera revisa su historia médica sin tener ningún contacto con el interior.

Finalmente deciden trasladar a la anciana al hospital para que la hagan pruebas. Al salir, todo el equipo tiene interiorizadas las medidas de precaución: chequeo del traje y desinfección del mismo con espray. Un agotado ritual que en tiempos de pandemia repiten exhaustos a diario.