Histórica granizada paraliza Navarrete y deja graves daños: “Nunca habíamos vivido algo así”
La tormenta de granizo dejó graves daños especialmente a la localidad de Navarrete, un pueblo de La Rioja que nunca había sufrido una granizada de esas dimensiones
En Navarrete, el granizo acumuló bloques de medio metro, anegó calles y dañó viñedos, mientras el viento arrancó árboles y causó destrozos en infraestructuras
La tormenta se dejó notar ayer en diferentes puntos de nuestro país, como por ejemplo en La Rioja. Allí, el granizo dejaba imágenes impactantes por la fuerza y el tamaño que tenía. Las calles de algunas localidades se llenaban de bolas de granizo y los daños materiales han sido notables.
Navarrete ha sido de las localidades más afectadas, nunca en la historia habían vivido una granizada así.
No recuerdan una tormenta de granizo tan intensa como esta, con bloques de piedra que se acumularon hasta formar montones de medio metro de altura. Las calles quedaron completamente anegadas, parecían ríos, y parte del viñedo ha resultado destrozado. La tormenta vino además acompañada de un fuerte viento que arrancó varios árboles, cinco justo al lado del polideportivo. Uno de ellos rompió la valla de protección y llegó hasta la cancha deportiva.
Media hora de terror
Durante casi media hora, el cielo se desplomó sobre la localidad riojana de Navarrete. “Nosotros estábamos en casa, parecía que nos estaban ametrallando. Una locura”, relataba un vecino. Asistían atónitos a esta demostración de fuerza de la naturaleza.
La intensa tromba obligó a suspender las clases. “Me cubría hasta la rodilla el hielo”, añadía otra vecina.
Minutos después, la tormenta cayó con la misma fuerza en Logroño, donde el vendaval convirtió las sillas de las terrazas en peligrosos proyectiles. “Fue media hora de terror, porque la verdad, sí que nos asustamos”, decía un residente.
La tormenta en Madrid
También en la Comunidad de Madrid el granizo dejó su huella, destrozando decenas de vehículos. Una de las dueñas de uno de los coches contaba que el granizo había roto la luna delantera, y las carcasas de los retrovisores se desprendieron por el impacto. En otro de los vehículos el faro delantero también quedó destrozado y el coche estaba lleno de abolladuras. El techo de cristal cedió ante la fuerza del granizo y se vino abajo por completo.
En los pueblos de la Sierra madrileña, las tormentas se sucedieron a lo largo de la tarde.