Aída Nízar lució moreno radiactivo y la lio parda en las playas de Benidorm hace siete años, cuando hacía su sección ‘Sálvese quien pueda’ para el programa de corazón estrella de las tardes de Telecinco. Con un vestido playero de leopardo y micrófono en mano, la ex gran hermana dejó al descubierto su lado más fiero y sacó de quicio a todo el que pasaba por allí.
La mujer que más ama su vida en el planeta Tierra se alzó como “la voz de la sociedad” en una sección de denuncia social que se emitía por las tardes en el programa ‘Sálvame’ allá por 2012. Hizo muchísimos reportajes durante el tiempo que duró la sección, pero en esta ocasión queremos rescatar uno de los más recordados: el día que se puso en contra al 50% de los bañistas de las playas de Benidorm.
Su objetivo, decía, era hablar de aquellas personas que madrugaban lo más grande para conseguir un hueco en primera línea de playa. Y, entre tanto, se dejó dar algún que otro masaje, despertó de un profundo sueño a un fiestero trasnochador y hasta se atrevió a quitarle la toalla a un hombre que escuchaba música debajo de la sombrilla…
La gran hermana más guerrera rompió la calma de muchos con su alcachofa, pero hubo un momento que destacó sobre todos: cuando se acercó a grabar a un trío de señoras que realizaban ‘Sudokus’ de manera casi compulsiva. No querían salir en cámara y lo dejaron claro cuando cogieron su libro de pasatiempos y se lo pusieron en la cara. Era tal el enfado de las señoras, que una de ellas agarró la esponja del micrófono de Aída y la tiró al agua. "Mire lo que me ha hecho", dijo la gran hermana mientras la escurría.
Se vivieron momentos de tensión, y que Aída intentara quitarle la silla a una de las señoras no mejoró las cosas. Ambas se enzarzaron en una lucha de tirones e intentaron llevarse el codiciado elemento de descanso a su terreno. ¡Fue una auténtica batalla que hemos recogido en el vídeo que encabeza esta noticia!
No sabemos si aquel día Aída consiguió “alzar la voz de la sociedad”, como pretendía, pero lo que está claro es que se hizo oír. ¡Menudo momentazo!