Carolina Sobe se presentó a ‘Gran Hermano 11’ como una madrileña de 36 años, que llegaba a con el objetivo de revolucionar la casa más famosa de Guadalix de la Sierra. Se definía como una mujer “divertida, atrevida, folclórica y ochentera” que tenía “mucho carácter” y que no soportaba muy bien las críticas.
Antes de participar en el reality en 2009, la ahora concursante de ‘GH DÚO’ trabajaba “en un centro de pilates, belleza y fisioterapia”. Y, como si de un anuncio de Bífidus se tratara, Carolina enseñó su espacio de trabajo y explicó que le gustaba sentirse “bien por dentro y por fuera”.
En la curva de la vida que dibujó en ‘GH DÚO’ explicó que había vivido una mala etapa económica en el pasado. Pero parece que en 2009 la cosa no le iba tan mal. En su vídeo de presentación para ‘GH 11’, la ‘cariñi’ aseguró que le gustaban “mucho las cosas pitucas y finas” que tuvieran “nombre y apellido de diseñadores italianos” y no dudó en enseñar algunas de sus “chuches”.
Gafas de firma, anillos… Al más puro estilo ‘material girl’ y recostada entre todas sus pertenencias, Carolina Sobe nos presentaba una a una todas sus valiosas joyas.
La Sobe ha dejado claro que Grace es el gran amor de su vida y en la última gala de ‘GH DÚO: Límite 24 horas’ pudimos verlo en su emotiva llamada telefónica. Hace 10 años, la cosa era exactamente igual. La concursante de ‘GH 11’ presumía de su pequeña y explicaba que era “lo más grande” que tenía.
Además, por aquel entonces, la relación con el padre de su hija era bastante buena. Ambos vivían “juntos, pero no revueltos” y él no dudó en aparecer junto a ella en su vídeo de presentación para el reality y dedicarle unas palabras: “Decir ‘Carolina’ es decir cotilleo y alegría”, declaró.
Han pasado 10 años de aquella edición de ‘GH 11’ en la que Carolina nos regaló grandes momentazos. Y, aunque su vida ha cambiado, la concursante no ha perdido ni un ápice de su carisma.
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