Barranco se acerca a Ivana aprovechándose de su crisis de pareja

telecinco.es 06/05/2020 09:50

Olió la sangre y se convirtió en defensor de Ivana. “No puedes dejar que nadie te saque de tus casillas ni que nadie te apague la luz”, fue una de las frases de Barranco, con el patrocinio de bombillas Philips. “Tú no te mereces esto. Ni te mereces que te hable como te habla, tío. Yo a mi mayor enemigo, que no tengo, jamás le hablaría así”, decía Barranco. Así se ponía del lado de Ivana, censurando a Hugo por su forma de hablar a la que se ha sido su pareja durante semanas. Porque claro, Ivana es muy correcta cuando dice desgañitándose: “Me tenés los huevos llenos”. Lo único que le faltó a Barranco para parecer un buitre de forma inequívoca fue acercarse a Ivana desde cierta distancia describiendo círculos hasta comprobar que efectivamente se estaban haciendo daño ella y Hugo. Barranco está afilando el diente según se va acercando la final.

No fue Barranco el único en ponerse del lado de Ivana, también lo hicieron Rocío y Ana María. De Yiya no sorprende nada porque hace tiempo que son buenas amigas. Y Jorge ni está ni se le espera desde que comenzó la aventura de este Supervivientes 2020. No niego que como persona sea una maravilla, pero como concursante no vale nada. Y no porque evite participar de las polémicas o discusiones, sino porque no participa prácticamente en nada. Llevo tiempo diciendo que apenas se le ve, pero ya sé la razón. Es que está desde hace semanas refugiado detrás de Elena. Que los compañeros de Ivana se pongan de su lado cuando ella y Hugo discuten de malos modos tiene también una explicación sencilla. Deben pensar que se trata de lo correcto, pero no solo eso: si ven como posible ganador a uno de los dos es a Hugo.

“Se acerca la final”, decía Hugo en medio de una de sus breves discusiones. Son pequeñas agarradas, siempre por tonterías. Hugo es poco diplomático, e Ivana igual. Si sorprende que hace una semana la dijera “te amo” y ahora anden a la gresca, lo mismo debería sorprender que Ivana se quiera ocupar ahora del fuego, cosa que no hizo antes. Tampoco cocinó apenas en los casi tres meses que llevamos de edición. Ella misma mostró espanto cuando en una prueba la hacían cocinera durante una semana porque para una vez que lo había intentado casi se abrasa un brazo. Sin embargo, ahora le entraron ganas de hacer la comida. Es Ivana la que critica ante el grupo a Hugo estando este a escasos metros. Diría que lo intenta provocar. Con éxito, he de decir.

Lo que debería evitar Hugo es la sobrada esa de recordarle a su ex que él ha ganado ya un concurso y ella no. Es cierto que oportunidades ha tenido Ivana, pero no necesita Hugo vanagloriarse de tener mejor trayectoria en los realities. No vaya a ser que quienes le hicieron ganador se arrepientan ahora. Y no es un buen momento, porque en buena medida depende de ellos para ganar o no de nuevo. Una cosa es que le cueste cambiar de opinión y no acepte pedir perdón a Rocío por la polémica de las tres en raya. O que esté obcecado con el egoísmo de Ana María, que no parece mucho mayor que el suyo propio. Pero ir pavoneándose de haber ganado un reality le hace más mezquino de lo nunca antes había parecido.

"Dejadme hacer mi concurso"

En la polémica con Ana María esta dejó al descubierto su verdad. Traicionada por su subconsciente, terminó diciendo: “Dejadme que yo haga mi concurso también”. De manera que no es por el placer de pescar, por comer ella o facilitar la vida al grupo con el éxito de sus capturas. Nada de eso, ella lo hace por su concurso. Saca pecho con la pesca porque es una de sus bazas como concursante. Por eso lleva la cuenta del número de peces y no desaprovecha la ocasión para exhibir esa cifra como los vaqueros presumían de víctimas enseñando las muescas en su cinturón. Ana María quiere que la dejen seguir teniendo ventaja en la pesca, no solo por tener unas gafas de buceo que no pueden usar los demás, sino también saliendo a la mejor hora y tardando en volver el tiempo que desee. Porque es su concurso, amigo.

Por suerte, las tiranteces de Hugo con Ivana no impidieron que ayer fuera salvado. Los dioses le bañaron en agua, premio que solo mejora el hecho de que dejar de estar preocupado por la nominación y asegurarse la permanencia en los cayos Cochinos por un plazo de al menos otros nueve días. Y la final está al doblar la esquina. Primero cayó la furia de los dioses en forma de barro sobre Yiya. “Soy la clásica”, decía ella. Se debía referir a la clásica no salvada de los martes. Luego fue descartada Elena y, finalmente, Jorge. Este aseguró que no estaba nervioso. “Todo pasa por algo”, afirmó. Pues yo todavía ando buscando respuesta a por qué está él en este concurso. Y por qué parece no sentir ni padecer. Ni siquiera gritó un poco mostrando cierto dolor cuando lo depiló con cera fría Ana María.

En el juego de recompensa de anoche no sé si cobra más importancia tener fuerza, equilibrio, no fallar en la estrategia o hacer bien la pinza con los dedos pulgar e índice del pie. Es una prueba conocida de otros años, y en esta ocasión fueron Yiya y Ana María las expertas en la pinza. Ganaron Yiya, Elena y Hugo. Bien por Rocío, que aguantó sin rendirse hasta el final. Hugo está de racha y en esta fase final del concurso está ganando todas las pruebas que no ganó en un principio. Su estrategia no siempre es buena, aunque en este caso le funcionó lo de tomar postura fetal colgado de un solo palito. Debo decir que le funcionó contra todo pronóstico. Y que en realidad ganaron la prueba sus abdominales. Es un escándalo que tenga esa tableta dura como una piedra después de 75 días (los 80 de ‘La vuelta al mundo de Willy Fog’ que cantaron algunos concursantes no los cumplen hasta el domingo).

La mesa de las tentaciones

La mesa de las tentaciones dejó, como siempre, concursantes contentos y otros ofendidos. Los ofendiditos no solo campan por sus anchas en Twitter, también en cayos Cochinos. Está claro que es más duro para Ana María raparse la cabeza o para Yiya prescindir de su peluca que para Hugo ir con antifaz dos días o para Rocío no comer caliente otros tantos. Al menos así lo veo yo, aunque la valoración de las tentaciones es algo muy personal. Para Hugo es implanteable estar sin ver, cosa que hizo Ivana sin mucho problema. Cada uno sabe lo que está dispuesto a aceptar, de la misma manera que hay cosas más o menos tentadoras según para quién. Un mensaje de la pareja de Yiya o una carta de los hermanos de Rocío para otros concursantes sería poca cosa. Creo que solo habrá unanimidad en no rechazar dos pizzas barbacoa, tres cocidos o un bocadillo de lomo con pimientos.

La justicia y la equidad se deben reservar para las cosas importantes. Esto es un programa de entretenimiento. Y los dos castigos estrella de anoche a cambio de sendas tentaciones fueron el rapado de Ana María y el taparrabos de Barranco. Los dos saben hoy que por la boca muere el pez porque ella había dicho que se raparía por un pollo asado al día y él que iría desnudo lo que queda de concurso por una pizza diaria. Fueron rebajadas las tentaciones a tres cocidos y dos pizzas barbacoa. Y también nos evitaron verle el cilindrín a Barranco poniéndole un taparrabos, mientras que el corte de pelo de Ana María lo decidió el azar: rapado a 15 milímetros. Se lo cortarán en la gala del jueves. Pagaría por escuchar las risas de Jorge Javier Vázquez. La suerte es que lo dan gratis y todo.

El gato responde

Hoy respondo a un comentario en mi cuenta de Facebook que dice así:

Jose L. Saloña ¿Con más personas sería un poco lío? En absoluto. Rotatorio es una rueda que gira: Si fueran 6 par hacer turnos (lo mismo que si fueran 100) 1/2/3/4/5/6 -> 2/3/4/5/6/1 -> 3/4/5/6/1/2 -> 4/5/6/1/2/3 ... y así sucesivamente.

Se refiere a los turnos en la pesca propuestos por Hugo, lo cual comenté ayer. Es evidente que la serie se sigue con idéntica facilidad siendo 4 que siendo 100. Me refería al lío que supone organizar muchos turnos dado que el tiempo del que disponen es limitado. Siguiendo el ejemplo puesto por este lector, si fueran 100 los turnos no tendrían horas en el día y habrían de organizar la secuencia dividida en varios días consecutivos, de manera que algunos pescarían una vez cada dos semanas. Eso supone no solo un lío, sino un problema mayúsculo. Sin necesidad de exagerar tanto, gestionar 10 turnos es mucho más lío que 4 porque estos se pueden encajar perfectamente a lo largo de la mañana, dado que por las tardes la pesca es mucho más dificultosa. Organizar turnos de 4 personas es extremadamente fácil. Si son más empiezan a aparecer los problemas. Nada que ver con recordar que se es el número 15 de una serie.

En otro orden de cosas, lamento tener que volver al tema de las tres en raya, pero es absolutamente incierto que Hugo se refiera a la segunda ronda cuando denuncia que Rocío no participó. No es así y lo vimos con claridad meridiana anoche. Hugo dice: “No participó en la final y punto”. También lo prueba que no protestase antes. Está hablando siempre de la final, es decir, la última ronda. Y no lleva razón.

Moleskine del gato

Que Carlos Sobera propusiera de coña a Lara Álvarez presentar un próximo bloque desde la copa de un árbol y ella lo hiciera (aunque hubiera trampita) es un puntazo. Lara se come el programa ella sola, si hace falta.

No me gusta hablar de los familiares de concursantes (hablar mal, quiero decir), pero me resisto a dejar de comentar que igual no le hace ningún favor a Hugo que lo defienda su madre. Y otra cosa, ¿la mujer de Jorge se ha saltado el confinamiento? Lo digo porque ha aparecido de repente en el plató de Telecinco.

Si llega a ser Hugo quien repite “me han engañado” en la cara a Lara lo estaríamos crucificando desde anoche. Como lo hizo Ana María no pasa nada. ¡Qué cruz!

¿No exagera un poco Fani cuando dice que Ivana es la peor persona que ha conocido nunca?

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