Olga defiende a Alejandro, pero solo desde hace unos días

Olga defiende a Alejandro, pero solo desde hace unos días

Analizar ‘realities’ es para el gato tan satisfactorio como formar parte de ellos para sus concursantes. El placer de ver frente al de ser visto.

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Alejandro apoyó a Olga tras el robo de la crema de cacao y esta se lo agradece ahora defendiéndole de las burlas y vaciladas de Tom. No solo está con él, le brinda su compañía y le aconseja que no se calle ante los ataques de ese compañero. Aparte de eso también se enfrenta Olga a Tom, pidiéndose que no siga metiéndose con Alejandro, como si este fuera un crío indefenso sin iniciativa propia ni capacidad para responder por sí mismo (wait, espera un momento, igual lo estoy definiendo sin darme cuenta). Ahora Olga se molesta por las burlas sobre que a Alejandro no se le da bien hacer fuego, abrir los cocos o limpiar el pescado, labores todas ellas intrínsecamente asociadas a un superviviente.

Sin embargo, hace poco más o menos una semana Olga se unía a Tom y Gianmarco en esas mismas críticas. No solo las compartía y subrayaba, sino que se encargaba de aumentar la lista de reproches. Seguro que muchos de nuestros queridos lectores recordarán la escena: estaban ya preparados para dormir Tom, Gianmarco y Olga (en esa posición, de izquierda a derecha según la visión de los espectadores). Tom decía entonces: “A ver quién va a abrir los cocos”, a lo que Gianmarco respondía: “Alejandro no quiere abrir un coco”, y Olga de fondo: “Es que la verdad… Abrir los cocos, hacer el fuego… (ríe)”. Tom añadía: “Y nunca ha quitado las escamas de los peces”. “No”, confirmaba rotundamente Olga.

Recuerdo ese episodio, pero podría hacer lo mismo con muchos otros en los que la concursante que ahora tanto se ofende de que hagan de menos a Alejandro y le acusen de no hacer las cosas era la primera en burlarse de él, participando de las risas de Tom y Gianmarco. Nunca encontré diferente el tono de befa y mofa hacia este concursante a quien criticaban por igual. ¿Qué ha cambiado desde entonces? Solo un pequeño detalle, que ahora Olga está agradecida con Alejandro y se ha convertido a su credo. Desde que comen y duermen juntos es su mayor defensa, posiblemente la única. Y también su consejera aúlica, aquella que le agita para intentar conseguir que se lance a responder a un vacilador profesional como Tom.

La única diferencia entre Tom (y en su momento Gianmarco) es que Olga nunca utilizó hacia Alejandro ese tono de matón de barrio que siempre vemos en aquel superviviente. Discuten todos lo que se la da bien a Alejandro, llegando a menudo a una misma conclusión: nada. Sobre Tom se podría hablar de lo contrario, ¿qué se le da mejor hacer a él? y no tengo duda alguna de la mejor de las respuestas: vacilar a Alejandro. Nunca me ha gustado ese tono chulesco tan ofensivo y que supone en realidad una actitud pasivo-agresiva. Tom enmascara con humor sutiles ofensas que parecen buscar una reacción aparentemente desproporcionada por parte del otro. Y en lugar de frustrarse ante la falta de respuesta de Alejandro, lo que hace es constatar su triunfo al haber podido callarle la boca. Todo le va bien al ofensor, ya sea que el ofendido conteste o decida hacer mutis por el foro.

Tom Brusse se rompe al confesar su infidelidad a Sandra Pica: "Fue hace poco"

Mi gran duda es ahora por qué Gianmarco no está en primera línea junto a Tom y contra Alejandro. El italiano parece haberse retirado de la crítica a este concursante casi al mismo tiempo que Olga. Serían ambos conversos reconvertidos a la bondad, aunque tal vez llegue este cambio demasiado tarde para no recordar las muchas veces que hicieron causa común contra el más débil. Aunque también podríamos rememorar el día que Alejandro quedó derrotado tras el esfuerzo de una prueba y, mientras que Olga, Lara y Melyssa se quedaban mirando inmóviles, era precisamente Gianmarco quien se acercaba a ayudarle levantando sus piernas para intentar que recuperase pronto.

Siempre me ha dado pena Alejandro por su indefensión ante esos ataques de los que hablo. Principalmente por el tono de Tom y, en muchos momentos, también de Gianmarco. Lo cual no quita para que las críticas fueran acertadas. Eso es evidente. Alejandro ha esperado tres meses para hacer fuego, desescamar el pescado o partir cocos. Eso le define como vago aprovechado que evitó el desgaste de hacer todas esas labores necesarias mientras los demás lo hacían por él.

Tom quiso dar anoche otra cara en su paso por el puente de las emociones. Paso a paso fue recordando entre sollozos y lágrimas de secano sus infidelidades, aunque hablando de traiciones lo que realmente le traicionó fue el lenguaje y tuvo auténticas dificultades para conjugar ese verbo. “Yo traí (por traicioné) a Melyssa”, repetía. A saber lo que le trajo. No hacía falta que confesase haber traicionado a Melyssa porque ya lo vimos convertido en argumento principal de otro reality isleño. También sabíamos que a la vuelta de aquella experiencia había traído (¡perdón, traicionado!) a Sandra Pica con Melyssa. Las traiciones de Tom han sido tan públicas que no tenía mucho con lo que sorprendernos anoche.

Otro de los dramas de Tom pasando por el puente fue relativo a su familia. Perdió a su madre sin haber estado tiempo suficiente con ella porque estaba siempre de fiesta. O sea, lo normal a cierta edad. “Nunca estaba con ellos, siempre con mis amigos”, decía Tom. Me parece complicado encontrar a alguien que no tenga esa sensación, sobre todo cuando los padres ya no están. En medio del drama, Tom expresó su deseo de cambiar. De momento ya tiene hecha la parte importante del reconocimiento de la culpa. A partir de ahora solo cabe ir mejorando, como decía en sus bienaventuranzas Joan Manuel Serrat. Vi a Tom sobreactuado y falsamente afectado. Demasiado drama en alguien que muestra normalmente su capacidad para manejar con humor hasta la peor de las situaciones.

El sobrecogedor testimonio de Lola al confesar que sufrió una depresión por el acoso en las redes sociales

Tom suspendió anoche el examen de interpretación y queda pendiente para intentar aprobar en septiembre. Tiene por delante el verano para asistir a las clases de recuperación. Me siento ante esto del puente de las emociones como cuando me confesé por primera (y única) vez antes de mi primera (y única) comunión. Todo lo que se me ocurría entonces eran cosas del tipo: “He hecho rabiar a mi madre”, “he mentido a mi profesora” o “he dicho una palabrota”. Pues bien, ahora pienso que se me ocurriría poco más. No quiero decir que sea mucho mejor persona que nuestros supervivientes. Tal vez sea solo que le faltan dramas a mi vida. Por suerte.

Más sincera me pareció Lola. Su testimonio no solo es creíble, sino que pudo convertirse en algo de gran utilidad para muchas personas que están en parecida situación. Reconoció abiertamente haber pedido ayuda psicológica tras salir del otro reality. Y planteó el preocupante tema del acoso de redes sociales, no muy diferente que el de la calle (solo que en la calle la homofobia puede terminar matando y en redes no). En las palabras de Lola se pudieron ver reflejadas muchas personas anoche. Y, sin ser modelo de nada, pudo ayudar a resolver el bloqueo de ciertas situaciones nos producen a veces.

El otro gran argumento de Lola en el puente fue un denominador común en casi todos los concursantes, si no en todos. La mala conciencia por no haberse portado bien con los padres ha sido lo más repetido en estos viajes emocionales que hacen de la mano de Lara Álvarez. Aunque en casos como el de Omar habría que cambiar padres por abuela. Lola pidió perdón a su madre por no haber estado presente mientras superaba un cáncer, veía morir a su madre (a la sazón abuela de Lola) y se divorciaba de su marido (a la sazón padre de Lola). Terminó Lola expresando su deseo de ser algo más que Marta de Lola (su nombre en redes sociales), sino Marta Mencía Fernández.

Hizo bien Olga en llevar la prueba de clasificación de la prueba de recompensa hasta sus últimas consecuencias. A diferencia de Melyssa y Lola, tal vez porque estas se llevan bien con Tom y Gianmarco. Olga intentó arrebatarles la pelota a los dos, sin éxito. Ellos jugarán esta noche por un collar de líder que asegura jugar la final de la próxima semana.

Olga intenta arrebatar la pelota a Gianmarco

Moleskine del gato

Pese a lo que algunos digan, solo veo ventajas para Olga. Por ejemplo, cuando en plató coinciden tres defensoras de facto (su amiga Ana, Marta López y Rocío Flores) y algunos más de manera ocasional. No están en igualdad de condiciones los otros dos nominados de la semana.

Igual que critico el tono chulesco de Tom con Alejandro, el tono cómplice del grupo de los cuatro cuando hablan de esos dos compañeros que hacen vida aparte en algunos momentos del día me parece muy divertido. Es el caso de un video visto en el último Tierra de nadie donde se reían de que Olga durmiera con tres esterillas y Alejandro, a su lado, tuviera solamente una. Imposible no reírse con ellos.

Marta insiste como un disco rayado: “Me no ha superado lo de Tom”. Que no sea ella quien no ha superado llevar tres meses en la calle frente al pedazo de concurso realizado por Melyssa.

Hoy se apaga la palapa. Personalmente desearía ver un apagado alegre al haber llegado este año al final en una situación mucho más esperanzadora de la que teníamos hace un año, abrumados por las incertidumbres.

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