Desde muy pequeñita se dio cuenta que estaba viviendo en un cuerpo que no le pertenecía. Gracias a Cristina Rodríguez, Rosaura ha conseguido lo que pretendía, ser una mujer espectacular. Con tratamiento capilar, con un poco de relleno en las caderas y en el trasero, con una perfecta depilación, nuevo color de pelo, falda lápiz, blusa, collar, taconazos... la aspirante es otra persona. Su padre se ha emocionado tanto que va a hacerle una fotografía y la va a guardar hasta que se muera.