Durante 17 años, Jerry Givens fue verdugo del Estado de Virginia pero ahora se ha convertido en uno de los principales activistas en contra de la pena de muerte. Desde su nueva visión, Givens habla con frialdad de sus años como verdugo. "62 personas llegaron a mí y perdieron su vida en mis manos. Cuando aprietas ese botón la máquina comienza a funcionar y hace todo el trabajo. Sin embarto en inyecciones letales tú estás ahí con la jeringa en tu mano y ves como el veneno baja por el tubo hasta la vena. Es un proceso lento", dice Givens al que su paso por prisión por un crimen que negó cometer le hizo dejar de creer en el sistema. "Me di cuenta de que yo no soy el juez, Dios es el juez. Si le quito la vida a un inocente no puedo volver a la tumba, sacarle y decirle que he cometido un error. Eso no me haríamejor que el que ha cometido el crimen. Yo he matado un inocente, él ha matado un inocente. Ayda lo que hacemos? No es determinante, en los estados ne los que no tenemos pena de muerte el crimen desciende, en los que existe pena de muerte, aumenta."