Francia, una selección de chicos felices

Álvaro González 19/06/2012 23:31

Un hecho diferencial de esta Eurocopa es que no tenemos prácticamente noticias del vestuario de los Bleus. Durante el Mundial de Sudáfrica, apareció en los medios la noticia de que Rivery y Benzemá se habían acostado con una prostituta menor de edad. Zahia, que así se llamaba la chica, confesó que se había ido a la cama con Benzemá cuando sólo tenía 16 años. Y que cogía aviones hasta Alemania sólo para darle sus servicios a Rivery.

Poco después, Henry malmetió para hacerse con el puesto de titular de Gourcuff. Más adelante, Anelka fue expulsado de la concentración por llamarle al entrenador, Raymond Domenech, “sucio hijo de puta”. Francia fue eliminada. Rivery dijo que eran “el hazmerreír” del Mundial. Entrevistaron a la madre del entrenador por televisión y rompió a llorar. Horas antes de la final del campeonato, a Platini, presidente de la UEFA, le dio un desvanecimiento. Fue hospitalizado.

La prensa cargó con toda su alma contra el equipo. El diario deporgivo L´Equipe dijo que el problema consistía en que los jugadores provenían de la cultura rapera. Le Monde comparó al equipo con la crisis social que vivía el país. Mientras que tras el Mundial del 98 obtenido todo eran elogios a la conjura de jugadores negros, blancos y árabes que unidos llegaron a lo más alto, tras caer eliminados en Sudáfrica el mismo argumento sirvió para lo contrario. El periódico se preguntaba si tanto antillano y tanto musulmán no eran más que “expatriados de lujo”.

En el 'Journal du Dimanchese' habló de una Francia de clanes, de divisiones étnicas, que habían acabado con el citado Gourcuff porque era blanco y de clase media alta y no había podido en el vestuario con un grupo de jugadores de los suburbios de París.

Ahora todo es amor

Pero el seleccionador Laurent Blanc ha llegado para poner orden. Es decir, para imponer felicidad. La concentración de los bleus es un remanso de paz. Risas, compadreo. No hay ni rastro de aquellas polémicas y eso se ve reflejado en los resultados. Por fin han superado la primera ronda desde la final del Mundial de Alemania.

En el autobús empieza el cambio de mentalidad. Pintado en la carrocería se puede leer: “Una nueva historia, un nuevo sueño, una nueva meta”. ¿Rap? Los jugadores escuchan a Edith Piaf y todos sonríen.

Un reportaje del 'Le Parisien' publicado antes del partido contra Suecia revela que las habitaciones en esta ocasión no son muy lujosas, pero los jugadores viven más en el pasillo, donde escuchan música todos juntos, Maluda ha llevado su propio equipo de música. En las habitaciones tienen todos los canales franceses y el Wi-Fi echa humo cuando hablan con sus seres queridos a través de Skype.

También juegan a la petanca y a los bolos. En duros torneos que ha preparado Blanc para romper con la monotonía de la concentración. También celebraron los 32 años de Malouda por todo lo alto. Pero lo mejor es la sala de juegos. Allí tienen a su adorada PlayStation. Marvin Martin es el jefe del lugar. Sus juegos, el Call of Duty y el Pro Evolution Soccer.

El Figaro también responsabiliza al entrenador. Blanc no sólo tiene la aureola de campeón del Mundo y de Europa, también tiene un criterio muy claro y no cambia de opinión según sople el viento. Cita el ejemplo de Alou Diarra, si hubiera hecho caso a la prensa, dijo Blanc, no habría venido convocado. Luego ha hecho grandes partidos.

Los jugadores, sigue el Figaro, aprecian a Blanc por su "franqueza y valenía". Además, protege a los futbolistas que más están siendo criticados. Su divisa, lo que le pide al equipo, es "personalidad y carácter". Por lo pronto, se han mostrado implacables en el campo y como colegiales de excursión en el hotel. Es el ambiente perfecto para llegar lejos. Ahora bien, la última palabra la tendrá España.