Cuando el rey Felipe actuó como uno más en Brasil durante Elcano: fiesta de disfraces y una 'novia'

El rey Felipe en Elcano el pasado 11 de enero.
El rey Felipe en Elcano el pasado 11 de enero.. Europa Press
  • En enero de 1987, con 19 años recién cumplidos, el entonces príncipe Felipe se subía a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano

  • Al igual que ahora su hija, la princesa Leonor, su primera parada fuera de España fue Brasil

  • Allí, Felipe VI disfrutó como un guardiamarina más de la estancia, que se vio empañada por un contratiempo

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En enero de 1987, el entonces príncipe Felipe de Borbón, actual rey Felipe VI, se embarcó en el buque escuela de la Armada Española, el Juan Sebastián Elcano, para realizar su crucero de instrucción como guardiamarina, al igual que ha hecho ahora su hija, la princesa Leonor, siguiendo los pasos de su padre y continuando así la tradición familiar de formación naval.

A sus 19 años recién cumplidos, un joven Felipe se integró como un miembro más de la tripulación, compartiendo las mismas responsabilidades y rutinas que sus compañeros.

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La jornada a bordo del Elcano comenzaba a las siete de la mañana con el toque de diana y se extendía hasta las diez de la noche. Durante este tiempo, el hijo de los reyes Juan Carlos y Sofía asistía a clases de navegación, astronomía, maniobra, prácticas de máquinas, geografía marítima, historia naval, organización y técnicas de expresión e inglés. Además, participaba en guardias nocturnas y maniobras en cubierta, enfrentándose a las mismas exigencias que el resto de los guardiamarinas y actuando como un alumno más.

El rey Felipe el pasado 7 de febrero.
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Una de las primeras paradas del Elcano en este crucero fue en Las Palmas de Gran Canaria y, después, el buque continuó su travesía hacia América, con escalas en diversos puertos, la primera en Río de Janeiro, Brasil.

Allí, el heredero al trono español participó en actos oficiales y culturales, representando a la Corona española y fortaleciendo los lazos diplomáticos entre ambos países. Durante su estancia también se reunió con autoridades locales y asistió a eventos que resaltaban la relación histórica y cultural entre España y Brasil. Sin embargo, también disfrutó de tiempo libre y de algunas actividades más allá de las obligatorias.

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Tal y como cuenta José Antonio Alcina -fallecido en 2018-, preceptor del príncipe, en su libro 'Felipe VI, la formación de un rey' (Ed. La esfera de los libros), y recoge la revista 'Vanity Fair', don Felipe disfrutó "como cualquier plebeyo" de un espectáculo femenino en el club Scala do Río. "Al principio estaba atento a los movimientos de las bailarinas semidesnudas" y luego se interesó "más por la conversación", dejando "la caipiriña para pasar al Moët Chandon".

Una velada, según Alcina, de lo más entretenida, pero que luego se vio empañada por un contratiempo. La revista 'Interviú' publicaba un artículo titulado: "La novia brasileña del príncipe Felipe, desnuda". Un reportaje que abría la portada junto a una imagen de una de las bailarinas del show sin ropa. "Don Felipe se vio sorprendido y se irritó cuando comprobó aquella manipulación", explica Alcina.

Intentando pasar página, lo cierto es que esta no fue la única fiesta a la que asistió el guardiamarina Borbón. A bordo de Elcano participó en una fiesta de disfraces.

El rey Felipe en verano de 2024.

"Mi comandante, yo creo que don Felipe no va a aparecer. Me dijo el otro día que no estaba muy seguro de encontrar un buen disfraz y que en ese caso era mejor no ponerse nada", recuerda Alcina en el libro que le dijo al comandante del navío. "Sólo acababa de decir lo anterior cuando por la porta de la camareta de alumnos salían unos siete u ocho guardiamarinas en fila india, vestidos todos con unos 'dodotis' amañados con una pequeña almohada cubierta con un trozo de sábana blanca, y su correspondiente chupete en la boca. Don Felipe destacaba por su altura entre todos los demás, con dos buenos rosetones sobre sus mejillas y disfrutando como el que más. Nuevamente quedamos sorprendidos y el Comandante (…) dio la orden de que desaparecieran todas las cámaras de vídeo y fotografía para impedir que quedase constancia gráfica y tuviéramos en la prensa una nueva 'imagen' de don Felipe".

El crucero de instrucción concluyó en Baltimore, Estados Unidos, donde el príncipe fue despedido con honores por la tripulación antes de regresar a España.

A pesar de su posición, Felipe insistió en ser tratado como un guardiamarina más, rechazando cualquier trato de favor y compartiendo camarote con sus compañeros, al igual que ahora, casi cuatro décadas después, su hija Leonor.

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