El actor e icono de las artes marciales, Jackie Chan, de 71 años cumplidos a comienzos de abril, ha tomado una decisión respecto a su millonario patrimonio que ha dado mucho que hablar en las esferas públicas: asegura que no le dejará nada en herencia a su hijo, Jaycee Chan, de quien se sabe que tiene predilección por los coches de lujo y la vida nocturna.

Chan lo había anunciado hace más de una década: que la fortuna que ha amasado (y sigue amasando) a lo largo de 50 años de trabajo delante y detrás de las cámaras, y que está valorada, según Forbes, en unos 400 millones de dólares, no será para su hijo sino para destinar íntegramente a organizaciones benéficas, algo que, de entrada, parece ir contra natura pero que tiene una explicación.

La decisión, que causó un gran revuelo cuando Chan la hizo pública hace más de una década, ha salido de nuevo a la palestra coincidiendo con su vuelta a la gran pantalla, con una de las películas históricas de las artes marciales: ‘Karate Kid: Legends’, cuyo estreno se prevé para el 30 de mayo, y que engrosará aún más su patrimonio.

Cierto es que en una sociedad caracterizada por la sobreprotección de los hijos, la decisión de Chan puede resultar inaudita, pero responde en cierta manera a sus valores familiares y a su forma de educar con criterios de responsabilidad personal y autosuficiencia. Lo explica muy bien en unas declaraciones concedidas a Forbes: “Si él es capaz, podrá hacer su propio dinero. Si no, lo único que hará será gastar el mío”, asegura el actor refiriéndose a su hijo Jaycee, de 42 años.

La postura de Chan va más allá de una cuestión económica: es una lección del valor del esfuerzo personal y la autosuficiencia como forma de realización, que para el consagrado actor es más valiosa que cualquier suma de dinero que pueda dejarle.

El también director de cine es tajante al asegurar que su hijo deber forjar su propio camino, y cita el famoso proverbio para justificar su decisión: “Si le das un pescado, comerá por un día; si le enseñas a pescar, comerá toda su vida”, apelando a la confianza depositada en su descendiente para ganarse la vida como él lo hizo.

Con más de 150 películas a sus espaldas, se calcula que el patrimonio neto de Jackie Chan ronda los 400 millones de dólares, generados a lo largo de cinco décadas de carrera artística, que serán destinados íntegramente a la caridad.

Sin embargo, el interés por la filantropía de uno de los actores más ricos del mundo no es reciente, sino que ha sido una constante en su vida con participación activa en iniciativas benéficas, incluyendo la creación de una fundación con su nombre en el año 1988, que apoya diversas causas como la educación y la ayuda en casos de desastre.

El actor, en un acto de generosidad sin referentes, pretende devolverle a la sociedad lo que ha recibido de ella a lo largo de su vida y ha preferido repartir su riqueza entre los más necesitados en lugar de concentrarla en una única figura, aunque esa figura sea la de su único hijo y su decisión, por tanto, esté siendo tan cuestionada.