Raquel Noya 22 ABR 2025 - 12:45h.

La impunidad que otorga el poder esconderse tras la pantalla de un ordenador o del móvil para opinar sobre la vida de los demás hace que, para bien o para mal, las redes sociales se hayan convertido en lugares de debate donde es tremendamente común criticar cualquier tema, persona o situación, por delicada que sea.

Uno de los últimos famosos que se ha convertido en objeto de críticas (tanto positivas como negativas) ha sido el actor Colin Farrell, de 48 años, quien en una entrevista reciente para Candis Magazine habló de la salud de su hijo James y de la decisión que habían tomado él y su expareja en aras de mejorar su calidad de vida: lo internarían en un centro de cuidados permanente. El anuncio ha causado cierto revuelo en la comunidad internauta abriendo un debate sobre si es una decisión egoísta o, por el contrario, una muestra de amor innegable hacia su hijo, quien sufre una enfermedad genética que lo incapacita y que lo dejaría "desamparado" en la sociedad si sus padres no pudiesen ocuparse de él.

Farrell ya se había abierto en canal en una entrevista para la revista People en agosto del pasado año, un mes antes de que James cumpliese los 21 años, explicando que le atormentaba que llegase ese "momento complicado" ya que al cumplir dicha edad sería visto por el gobierno de los Estados Unidos como "un adulto más que debía integrarse en la sociedad moderna y que, por su estado, iba a quedarse atrás".

El amor no basta

James, de 21 años, padece el síndrome de Angelman, una enfermedad genética rara que afecta al sistema nervioso y que provoca graves discapacidades físicas y de desarrollo que no le permiten llevar una vida propia de los jóvenes de su edad, así que el actor irlandés y su expareja han decidido buscar un lugar al que poder trasladar a James “donde pueda tener una vida plena y feliz, y donde se sienta conectado”, explicaba Farrell.

En su entrevista para el medio británico, el protagonista de Desafío Total anunció que, tras meditar la decisión con su ex esposa y madre de James, Kim Bordenave, internarán a su hijo en un centro de cuidados a largo plazo, justificando su decisión con la siguiente afirmación: “El amor, incluso el de un padre, a menudo no basta para proteger”.

Con sus palabras, Farrell apela a la impotencia que sufre ante la enfermedad que le fue descubierta a su hijo cuando tenía dos años y medio y que le provoca problemas cognitivos, del habla y del equilibrio. Problemas graves que, precisamente al cumplir los 21, dejan a James "desamparado" ya que, por ejemplo, pierde el derecho a recibir sus clases de educación especial, entre otras medidas necesaria para su inclusión en la sociedad.

Quiero ser yo quien cuide a mi hijo pero mi miedo es...

¿Dónde acabaría?

Consciente de lo cuestionada que sería su decisión, Farrel ha añadido: “Es complicado, algunos padres dirán: 'Quiero ser yo quien cuide a mi hijo'. Y lo respeto. Pero mi miedo es... ¿Y si mañana me da un infarto y, Dios no lo quiera, Kim tiene un accidente de coche? James se quedaría solo, pasaría a ser tutelado por el Estado… ¿Y dónde acabaría? No podríamos hacer nada al respecto", explicaba lanzando una reflexión sobre la dificultad que conlleva tomar una decisión tan compleja.

Como suele ser habitual en estos casos, las redes sociales no han tardado en llenarse de críticas de quienes osaron juzgar la decisión del actor acusándolo de “abandonar” a su hijo por un lado y de quienes, más cautos y comprensivos, elogiaron el acto de Farrell calificándolo de “extraordinaria humanidad”: la que se necesita para dejar marchar a alguien a quien se ama incondicionalmente, por su propio bien.

Un mundo más amable

Según detalló en la entrevista para la cabecera británica, Farrel y su ex quieren encontrar un centro de atención que les guste para James, al que puedan trasladarse (“mientras estén vivos y en plenas facultades”, según especificó), cada vez que quieran visitarle y estar con él. Un centro donde no le falten los cuidados que necesita y donde pueda tener "una vida plena y feliz", precisó.

A partir de su propia experiencia con la enfermedad de su hijo, el actor ha creado la Fundación Colin Farrel, que brinda soporte a familias que afrontan dificultades similares a la suya, promoviendo programas de apoyo, educación e inclusión a personas con discapacidades cognitivas, y haciendo del mundo un lugar un poco más amable para ellas.