Leucemia

Los cinco párrafos más emotivos del libro de Peris-Mencheta sobre su enfermedad: “Con Marta soy capaz de vivirme más”

Sergio Peris-Mencheta, a través de la tormenta. Rubén Martín
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A los 49 años Sergio Peris-Mencheta recibió un diagnóstico incierto de leucemia que le cambió la vida. Comenzaba entonces un largo periplo de tratamientos y lucha contra la enfermedad, con trasplante de médula donada por su hermano incluida. Con 50 recién cumplidos, y todavía en pleno proceso de recuperación, el actor y director teatral se ha permitido reconstruir su pasado y hacer compendio de sus experiencias en un libro, '730 días. La enfermedad como espejo del tiempo' (Planeta), para poder afrontar el presente y lo que traiga el futuro.

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El debut literario de Peris-Mencheta es una suerte de cuaderno de bitácora que da fe del viaje a través de la tormenta que tuvo que emprender; de cómo entró en una fase de negación que duró meses, de lo duro que ha sido enfrentarse a la enfermedad, de lo que ha perdido y de lo que ha ganado haciéndolo y, en definitiva, de todo lo que pasa por su cabeza. Extraemos algunos de los párrafos más significativos de la obra.

"No es una tratado sobre superación personal ni sobre leucemia y trasplante de médula. Solo hablo de mi viaje. Y de cómo este viaje, el de la enfermedad y el de este libro, ha transformado mi manera de mirar a la muerte y, por lo tanto, a la vida. Y de cómo noto, más que nunca el suelo bajo mis pies y el aire en mis pulmones. Aunque estos me sigan doliendo 730 días después".

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Respiración

Peris-Mencheta estuvo a punto de no sobrevivir a su propio parto debido a la falta de oxígeno. También estuvo cerca de ahogarse en el mar y casi muere asfixiado por accidente en un ensayo. Pero fue la muerte de su padre lo que le llevó, por fin, a aprender a respirar, a centrarse en la inhalación y la exhalación como modo de conectar con nuestro cuerpo tanto en lo físico como en lo espiritual.

"Respirar no es solo llenar de oxígeno los pulmones. Respirar, si le pongo conciencia, me trae de vuelta a la vida. Me permite terminar el 'ser o no ser...', escuchar mi latido, sentir que estoy vivo aquí y ahora, y de paso (entre otras cosas) desempolvar mi dolor convertido en sufrimiento y transmutarlo en amor".

Agua

Un cólico nefrítico, fruto de su tendencia a no hidratarse como es debido, fue el punto de inflexión que le hizo entender que no podía posponer más el tratamiento para su enfermedad.

"Beber agua es un acto casi inconsciente. Uno tiene sed y bebe. Pero, al igual que ocurre con la respiración, puede haber una ingesta de agua consciente. Se dice que uno debería masticar el agua, tomarse su tiempo o, por ejemplo, no beberla demasiado fría. Debería ser nuestra primera ingesta matinal y deberíamos beber de dos a tres litros diarios. No hay que esperar a tener sed para beber".

Comida

El actor nunca tuvo una relación sana con la comida. Se la quitaba de encima, o se maltrataba con dietas draconianas que se impuso para interpretar a diversos personajes a lo largo de su carrera.

"Comer no solo se refiere a ingerir alimentos. De la misma manera en que comes, también te tragas según qué cosas en la vida, que digieres mejor o peor. O no saboreas el presente. O no masticas lo suficiente tal o cual decisión. O, directamente, muerdes sin pensar. O te tragas las cosas en crudo, por más que te duela, y ya lo digerirás con el tiempo, que dicen que todo lo cura".

Conexión

'730 días' destaca también la importancia de las personas cercanas que nos cuidan y de los imprescindibles que son las cosas más pequeñas. La obra es, ante todo, una carta de amor de Sergio a Marta, su compañera.

"Cuando me tocaba operarme o transfundirme o trasplantarme, sentía que era algo que nos tocaba vivir a los dos, desde distintos lugares, pero que lo atravesábamos juntos. Con ella soy capaz de vivirme más y pierdo el miedo de mirar para adentro. Igual que ella conmigo es capaz de atreverse, de lanzarse al vació, de que el juicio ajeno no la paralice".

Expresión

Un artista solo encuentra su forma más pura de expresión a través de la forma artística. En el caso de Peris-Mencheta, a través de la dirección teatral. No es casual que también haya estrenado ahora la obra 'Blaubeeren', un montaje sobre el hallazgo de un álbum de fotos de un oficial de Auschwitz.

"Probar a saltarme un semáforo. Lo hacemos de niños constantemente hasta que las normas que vienen de fuera nos cortan las alas, y reducen las posibilidades de SER con las que venimos al mundo. Recordar que soy ago más que lo de siempre es liberador. Me abre al mundo. Por eso existe el arte entre otras cosas: para resignificar y resignificarme. Para dejarme a un lado un ratitot y redescubrirme (...) Poder saltarme mis semáforos, de vez en cuando, cura".