Andre Agassi y Steffi Graf celebran 24 años de 'match point': "Eres mi unicornio"
Los dos excampeones forman una de las parejas más sólidas y admiradas del mundo del deporte
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“24 años con esta maravillosa mujer. Feliz aniversario Steffi, ¡eres mi unicornio!”, ha escrito Andre Agassi, de 55 años, para celebrar el aniversario de su matrimonio con Steffi Graf (56), un hito luminoso en el mundo del tenis entre dos leyendas que forman una de las parejas más sólidas, admiradas y sorprendentes del deporte mundial.
Y eso que en la época en la que ambos jugaban al tenis representaban personalidades absolutamente opuestas que nadie esperaría que encajaran. Agassi, con su melena rebelde, su look extravagante y su pasado lleno de excesos, era una de las figuras más mediáticas de su tiempo. Ella, en cambio, era lo opuesto: reservada, disciplinada como buena alemana y dueña de un talento natural pocas veces visto.
Un baile cancelado
Agassi ya se fijó en ella mucho antes de conocerla. En alguna ocasión ha reconocido que cuando la vio en una entrevista algo se detuvo dentro de él: "Tenía una serenidad que desarmaba". Ambos eran ganadores de Grand Slam, número uno del mundo y campeones olímpicos, así que tarde o temprano tenían que coincidir. El destino los cruzó oficialmente en Wimbledon 1992, cuando ambos levantaron el título.
Agassi vio ahí la oportunidad perfecta para invitarla al baile de campeones, pero desgraciadamente aquel año, por primera vez en décadas, el tradicional evento fue cancelado. Tal vez fuera un gesto del destino, una pausa que hacía falta antes de que sus caminos realmente se encontraran.
Segunda oportunidad
Pasaron los años, relaciones fallidas e incluso un matrimonio mediático de Agassi con la actriz Brooke Shields. En 1999, la vida había cambiado para ambos. Andre estaba recién divorciado y Steffi se preparaba para despedirse del tenis profesional. Fue entonces cuando sus entrenadores organizaron un entrenamiento conjunto en Key Biscayne, Miami. Ella aceptó con cierta reserva, sin imaginar que aquel encuentro marcaría un antes y un después.
Al día siguiente, un ramo de rosas apareció en su habitación con una nota escrita por Andre. En su primera cita, él pidió una botella de vino carísimo, sin saber que ella no bebía. Nunca abrieron esa botella, que se convirtió en símbolo de su unión: cada aniversario lo celebran con el mismo vino de 1999.
Se casaron el 22 de octubre de 2001 en una ceremonia íntima en Las Vegas, lejos de los flashes y del bullicio mediático. Poco después, llegaron sus dos hijos, Jaden y Jaz. En vez de competir, aprendieron a ser compañeros. Hoy, más de dos décadas después, siguen jugando juntos, siempre del mismo lado de la red, y son todo un símbolo de amor, respeto y equilibrio.
