Obituarios

La elevada cifra que las gemelas Kessler pagaron por su suicidio asistido, una práctica legal en Alemania

Las fallecidas gemelas Kessler. Cordon Press
Compartir

El pasado 18 de noviembre, el mundo entero conoció la noticia de la muerte de las hermanas Kessler, famosas por sus coreografías y sus bailes y por haber representado a Alemania en Eurovisión en el año 1959. Las gemelas, que nunca se separaron, comunicaron, a través de una carta enviada a un periódico local, que habían tomado la decisión de morir por suicidio asistido, una práctica que es legal en Alemania desde 2020.

Ese mismo año, el Tribunal Constitucional despenalizó esta forma de morir, en favor de que los ciudadanos, que cumplan una serie de requisitos legales -  ser adultos, actuar por cuenta propia y asumir la responsabilidad exclusiva de la decisión - y que deseen, por tanto, tener una muerte digna. Para ser legal y diferenciarse de la eutanasia activa - cuando es un médico el que suministra un fármaco letal a un paciente - debe ser el propio ciudadano quien se proporcione la ingesta del fármaco que le quitará la vida.

PUEDE INTERESARTE

Así lo ha confirmado al medio estadounidense TMZ la Deutsche Gesellschaft für Humanes Sterben (Sociedad Alemana para una Muerte Digna), organización que fue la encargada de ayudar a morir a las famosas hermanas. Según su portavoz, Wega Wetzel, el "precio actual de un suicidio asistido es de 4000 euros por persona, o 6000 euros por dos personas juntas". Una tarifa que incluye la atención completa por parte de médicos y abogados, incluidos sus gastos.

PUEDE INTERESARTE

El suicidio asistido se realiza mediante una infusión

Entres esos "gastos" se encuentra el fármaco que los médicos pueden proporcionar a los pacientes que desean morir, si bien tienen que ser ellos quienes se lo suministren: "Un médico lleva una infusión (una sobredosis de anestésico) e inserta la aguja de infusión en el paciente. Los propios pacientes tienen que abrir la infusión. Una vez que el cliente ha fallecido, la DGHS informa a la policía, como exige la normativa alemana", explicó también la portavoz de la organización.

Según la página web de esta empresa, basada en el derecho a tener una muerte digna, los candidatos deben ser miembros de DGHS durante un mínimo de seis meses, presentar una solicitud de colocación y asistir a varias consultas con abogados, médicos y, posiblemente, familiares antes del suicidio asistido. Wega Wetzel ha confirmado también que Alice y Ellen Kessler se pusieron en contacto con la asociación hace más de un año, con la firme intención de morir al mismo tiempo.

Así lo hicieron, a los 89 años y en su  domicilio de Gruenwald, en Baviera, tal y como confirmó la policía local. En carta de despedida, ambas explicaban que "no contemplaban la idea de vivir la una sin la otra" pues, ya que había nacido juntas, morirían juntas. Ninguna de las dos quería alcanzar una vejez que las fuera "apagando lentamente" o las dejase privadas "de autonomía", por lo que constataban su voluntad de morir. Nunca se casaron ni tuvieron descendencia, por lo que toda su herencia se destinará a la ONG Médicos Sin Fronteras.