Crisis en la dieta mediterránea: "Hemos dejado de cocinar y nuestra salud puede pagarlo caro"

Nos guste o no, la alimentación saludable pasa por colocarnos el delantal
Anxo Carreira, dietista nutricionista, lamenta que nuestra mesa se haya occidentalizado en lugar de aprovechar la riqueza mediterránea
¿Deberíamos olvidarnos del pan? ¿Y qué hay de las latas de conserva? Mejor le preguntamos a él
Tenemos a nuestro alcance una de las despensas más ricas del mundo. Todos los nutrientes que necesita nuestro organismo para vivir saludables y llegar a longevos están en nuestras huertas, granjas, ríos, montañas y mares. Ricos, apetecibles, saludables y más baratos. Sin embargo, en las cosas del comer nos estamos volviendo cada vez más anglosajones. Menos fibra, frutas, verduras y cereales y más carnes rojas, lácteos y azúcares de lo recomendado.
La dieta mediterránea ocupa el primer puesto en salud cardiovascular y control de la diabetes y es una de las más idóneas para los huesos y articulaciones. Es rica, apta para toda la familia e incluye ingredientes accesibles y fáciles de preparar. Además, tiene menos impacto ambiental y contribuye a reducir la huella hídrica. Sin embargo, insistimos, nos estamos alejando cada vez más de ella. ¿No merecemos un buen tirón de orejas? No será Anxo Carreira, dietista nutricionista y profesor de la Universidad Carlemany (Andorra), quien nos lo dé, pero sí nos llenará de razones para sentarnos a la mesa y recuperar este modelo dietético que nos lleva a cocinar a fuego lento y con mucho amor.
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¿Hemos sustituido variedad y calidad por comodidad?
Así es. Por nuestro ritmo de vida, cada vez se cocina menos en nuestros hogares y recurrimos a procesados y comidas rápidas o casi preparadas que son más calóricas y menos ricas en fibra y nutrientes. Ese espacio que hemos perdido en nuestra rutina para elaborar recetas que realmente nutren lo ha aprovechado la industria alimentaria para crear infinidad de productos que nos hacen la vida más cómoda, pero ¿a qué precio en términos de salud?
¿Deberíamos recuperar el hábito del puchero?
El puchero y las recetas tradicionales garantizan una comida completa, rica en sabores y en nutrientes y muy saludables. Antes, en todos los hogares se cocinaba a diario para toda la familia, se organizaba el menú semanal, se iba al mercado en busca de productos frescos y de temporada. Empleábamos un tiempo y las recetas eran deliciosas.
Antes, en todos los hogares se cocinaba a diario para toda la familia
Ahora nos tientan los llamados súper alimentos, que no siempre salen de nuestra huerta.
La dieta mediterránea implica una gran riqueza y variedad gastronómica. Súper alimentos son el aceite de oliva virgen extra, las verduras, frutas y hortalizas, las legumbres, el pescado azul… Muchos ingredientes con los que podemos preparar platos muy equilibrados y llenos de sabor que nos aportan la energía, vitalidad y bienestar que necesitamos para hacer frente a nuestros retos diarios. productos de proximidad y de temporada, que son sostenibles y baratos.
¿Ninguna dieta iguala a la mediterránea en sus beneficios para el corazón?
La dieta mediterránea es el mejor plan de alimentación para nuestro corazón. Los estudios la vinculan con menos factores de riesgo en enfermedades cardiovasculares, como el colesterol o la hipertensión. La Organización Mundial de la Salud y la comunidad científica internacional la reconocen como patrón de alimentación saludable y un estilo de vida equilibrado que combina el placer de comer con los beneficios para la salud. Hay unanimidad en que la dieta mediterránea es la más saludable de todas. Una más occidental no lo es.
La dieta mediterránea es el mejor plan de alimentación para nuestro corazón
¿Las dietas para perder peso nos están alejando de la dieta mediterránea?
Es paradójico que caigamos en dietas restrictivas que no son saludables cuando la dieta mediterránea es idónea para mantener un peso idóneo, evitar la obesidad y recuperar el hábito de comer sano. Salvo indicaciones médicas, no es tanto el recuento de carbohidratos o calorías como el equilibrio saludable de proteínas y grasas. A veces es una cuestión de reducir la cantidad. Unido a un estilo de vida que incluya el ejercicio y elimine malos hábitos, es, sin duda, el mejor plan para estar en forma. Y es muy fácil ponerlo en práctica.
Todo el mundo ha oído hablar de ella, pero ¿qué es exactamente la dieta mediterránea?
Es aquella que contiene verduras, frutas, granos integrales, frutos secos, aceite de oliva, pescados con ácidos omega-3, como el salmón, las sardinas o la caballa, legumbres, huevos… Limita el consumo de carnes rojas y azúcares. Y elimina los productos ultraprocesados y grasas saturadas.
¿Deberíamos hacer las paces con el pan?
El pan, en cantidades moderadas, es un producto saludable y ha acompañado a la humanidad desde hace miles de años. El mejor es el tradicional, a pesar de los mitos que se han generado. Hay opciones en el mercado que son engañosas. Te venden que es rico en determinado ingrediente cuando luego en su composición la cantidad es ridícula.
El mejor pan es el tradicional, a pesar de los mitos que se han generado
¿Y qué hay de las latas de conserva?
Hay alimentos saludables que vienen en lata, pero hay que saber elegir y comprobar en el etiquetado qué estamos comprando y cuál es su contenido en sal, grasas y azúcares. Los que emplean aceite de oliva son una buena opción de forma ocasional y como complemento a otros productos frescos. Las conservas de pescado azul, por ejemplo, son una buena opción por su aporte en ácidos grasos Omega-3.
¿Opina lo mismo de las frutas y verduras congeladas?
La congelación no altera el contenido en nutrientes de las frutas y verduras. Es importante prestar atención a la calidad y comprobar en el etiquetado si se han sometido a otro tratamiento o se han agregado azúcares, aditivos u otros ingredientes para su conservación.
La congelación no altera el contenido en nutrientes de las frutas y verduras
¿Qué precio paga nuestra salud por alejarnos de la dieta mediterránea?
Al dejar de comer frutas, verduras y cereales, aumentamos el consumo de otros alimentos más calóricos y menos ricos en fibra y micronutrientes. Este nuevo patrón aumenta el riesgo de enfermedades crónicas, como trastornos cardiovasculares y diabetes, y conduce al sobrepeso. La dieta mediterránea promueve un envejecimiento saludable y aumenta la esperanza de vida al reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad. Hay pruebas muy sólidas. Es nuestra mejor opción para vivir más y mejor si lo equilibramos con un estilo de vida activo y relaciones sociales.