No es lo mismo un camarón en Cádiz que en Galicia: formas de llamar igual a cosas diferentes dentro de España

La riqueza del lenguaje en gastronomía tiene sorpresas ¡siempre deliciosas!
Y no es lo mismo pedir un camarón en un chiringuito gaditano que en un bar de Galicia
Dejarse sorprender es bueno, pero también lo es saber qué estamos pidiendo
Por todos es conocido que existen diferentes denominaciones para algunos alimentos dependiendo del lugar donde los consumamos o compremos. La riqueza del idioma también podría medirse por este juego de sinonimias gastronómicas. Vamos, que no es lo mismo un camarón en Cádiz que en Galicia. Las características locales, los influjos de otros idiomas o el uso de una raíz latina u otra han provocado estas diferencias, pero en general es el mismo producto con diferente etiqueta. Así, puede ser prácticamente igual pedir bígaros o minchas, bocarte o boquerón, jurel o chicharro, sardina o parrocha, verdel o caballa –esta es una lista sin fin–, pero según donde estemos a lo mejor no nos entienden. Sin embargo, hay denominaciones que pueden guardar diferencias en su especie o características (no siempre), pues algunos de ellos, como los pescados o mariscos, responden a condiciones ambientales diversas, pues el clima o la temperatura del agua los puede determinar.
No todo son sinónimos
Pero también hay diferencias de nomenclatura que sencillamente intercambian palabras para diferentes productos y van más allá de la variedad idiomática. Y aquí nos podemos preguntar directamente: cuando decimos camarón en Andalucía o en Galicia ¿nos referimos a lo mismo? Sencillamente no.

Por ello, si en una carta aparece la opción de pedirmos camarones conviene saber que lo que nos traerán a la mesa dependerá de dónde estemos, pues no lo mismo pedir camarones en Cádiz que en Vigo. Aunque en muchos lugares se entiende por camarón a cualquier tipo de gamba o langostino, como en muchos países de Hispanoamérica, en España suele haber diferencias de denominación a distintos productos según la zona, especie y tamaño.
Al rico camarón gallego
Obviemos que lo mejor es preguntar siempre al camarero o al pescadero allí donde nos encontremos. Y si nos traen algo que no esperábamos, en ningún caso estará mal nombrado, pues responderá a la idiosincrasia local, en cada lugar la costumbre ha hecho que se asocie uno u otro nombre. Aunque a los foráneos nos pueda parecer confuso.

La sorpresa de muchos cuando visitan Galicia es encontrarse con que al pedir camarones lo que les llevan es lo que muchos llaman quisquilla, una gamba pequeña de apenas 5 centímetros y muy roja cuando se cuece (la forma habitual de comerlos). Un crustáceo delicioso que dista bastante de lo que en otros lugares de España se entiende por camarón.
Camarones como pipas del mar
En general, el camarón más conocido es muy pequeño, de apenas 1 centímetro y medio, de color rosado una vez cocinado. Resulta relativamente sencillo encontrarse en las playas andaluzas a personas que los venden en cucuruchos. En este caso van cocidos y se comen casi como si fueran pipas, ¡todo un vicio!

Pero en el sur también tenemos la opción de comerlos en las famosas tortillitas de camarones. Cada uno tiene una forma de hacerlas, pero hay una base: la harina de trigo y de garbanzo. De una manera u otra, todos son bocados exquisitos y nutritivos pues son ricos en minerales como yodo y calcio, vitamina B12 y proteínas. La gracia del turismo gastronómico también conlleva este aprendizaje, que no es lo mismo pedir camarones en un sitio o en otro. Eso sí, todo está bien dicho, ¡y todo está riquísimo!
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