Qué comer cuando el calor te quita el apetito y no te apetece encender la vitro

Una ensalada completa y con productos de temporada puede ser una buena opción
Una ensalada completa y con productos de temporada puede ser una buena opcióngetty images
  • Cuando hace mucho calor es normal tener menos apetito, pero no hay que olvidarse de prestarle atención a la alimentación

  • Se aconseja hacer comidas más pequeñas y ligeras, con menos contundencia, pero con mayor frecuencia

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Primera ola de calor del año, aunque parezca que llevamos en ella un mes. Vivir cada día a más de 35 o 40 grados y pasar las noches por encima de los 25 grados tiene su efecto sobre nuestro cuerpo. Nos cuesta más dormir, nos deja más agotados e incluso a más de uno le quita el apetito. ¿Por qué ocurre esto? ¿Qué provoca que las altas temperaturas quiten las ganas de comer? ¿Qué recetas nos pueden ayudar a alimentarnos para no dejar de comer y que a la vez nos refresquen?

No hay que olvidar que la alimentación es nuestra principal fuente de energía para el organismo, pero también es cierto que nuestra temperatura corporal y el hambre tienen mucha relación.

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¿Por qué hay menos apetito?

Te habrá ocurrido que estás tan normal y, al rato de empezar a comer, sobre todo si es un plato contundente, te entra calor e incluso empiezas a sudar. Esto pasa porque comer sube la temperatura corporal, sobre todo cuando empieza la digestión y nuestro sistema digestivo empieza a trabajar y a gastar energía, subiendo nuestra temperatura corporal.

No obstante, hay que tener en cuenta que durante el verano nuestro cuerpo gasta menos energía en la termorregulación de la temperatura corporal, por lo que demanda comer menos. Al contrario, en invierno, con el frío, el organismo sí que hace un esfuerzo mayor para regular la temperatura corporal entre los 36 y 37 grados, por lo que necesita más energía, que demanda una mayor ingesta de alimentos.

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Por eso mismo, cuando nuestro cuerpo ya tiene mucho calor el organismo ya no cuenta con la necesidad de seguir ingiriendo alimentos que gasten más energía y aumenten el calor corporal, así que nos quita el apetito.

Sin embargo, aunque esto explica, en parte, la pérdida de apetito ante el calor, hay que diferenciar que el apetito es más bien un deseo, el querer comer ciertos alimentos o antojos específicos, mientras que el hambre es una necesidad biológica necesaria para vivir y obtener los nutrientes que ayudan a nuestro cuerpo a funcionar adecuadamente.

No descuidar la alimentación

A pesar de que en estos días de ola de calor más de uno se salte alguna comida o haga recetas más ligeras, hay que vigilar bien qué servimos en el plato para que nuestro organismo siga obteniendo las calorías y los nutrientes necesarios y que su ingesta no se vea excesivamente reducida para evitar carencias.

Esto se debe tener especialmente en cuenta con las personas que tienen mayor riesgo en los días de más calor, como las personas mayores, los niños y bebés, las mujeres embarazadas o personas con algunas enfermedades, manteniéndose siempre hidratados y bien alimentados.

Para hacerlo lo ideal es no hacer comidas demasiado copiosas y calientes, sino más pequeñas y con mayor frecuencia, lo que ayudará a mantenerse alimentados con mayor facilidad cuando no se tiene tanto apetito ante el calor.

¿Qué comer con ola de calor?

Ahora viene la gran pregunta: ¿qué comer para sobrellevar las altas temperaturas? Lo ideal, sea en la época del año que sea, es comer siempre alimentos nutritivos, ricos en vitaminas y con grasas saludables, como el pescado azul, que nos nutran y permitan el correcto funcionamiento de nuestro organismo.

Entre los alimentos que nos vendrán bien estás las frutas y las verduras, muchas de ellas ahora de temporada, como el melocotón, las ciruelas, el melón o la sandía (que tienen un alto porcentaje de agua para mantener la hidratación), que se pueden comer solas de postre o también utilizarlas como la parte central de cualquier receta, como el gazpacho de sandía.

Gazpacho de sandía: la receta más refrescante para el verano
Gazpacho de sandía: la receta más refrescante para el verano

El gazpacho y el salmorejo son buenas opciones a las que puedes añadirles por encima un huevo cocido y taquitos de jamón para hacerlos más completos, además de preparar ensaladas frescas, ya sean de lechuga, pasta, legumbres o arroz, con otros ingredientes que completen tu dieta añadiendo tomate, aguacate o frutos secos, y proteínas como el atún o una pechuga de pollo y convertirla en una refrescante ensalada César.

No obstante, aunque la sed se apodere de nosotros por el calor, hay que vigilar no llenarnos con líquidos que nos pueden dar una falsa sensación de saciedad. En cuanto a líquidos, también es importante no abusar de bebidas alcohólicas, por muy frías que estén, que seguramente nos reducirán la sensación de hambre y no nos van a hidratar. En su lugar mejor agua fresca o zumos y batidos de fruta, además de evitar el café y sustituirlo por infusiones sin cafeína.