¿Los tomates ya no saben a nada? Consejos para conseguir que tengan sabor

¿Los tomates han perdido su sabor?. getty images
  • Se suele decir que los tomates ya no saben a nada. Es cierto… a medias. Hay muchas variedades de tomate que sí gozan de aromas y sabores intensos

  • Eso sí, para poder disfrutar de todo su potencial es importante tener en cuenta algunas consideraciones importantes que te explicamos a continuación

Compartir

Quizá uno de los mantras más repetidos actualmente en torno a las características de los alimentos es el que dice que los tomates “ya no saben a nada”. Esta idea se ha extendido tanto porque en ciertos casos es verdad. Casi todo el mundo ha tenido ocasión de comprobarlo en primera persona. Pero hoy en día sigue siendo posible disfrutar del aroma y del sabor de un buen tomate. Eso sí, para poder hacerlo es importante tener presentes algunas cuestiones.  

Tomates rojos y firmes, pero sin aroma ni sabor 

Es cierto que hay muchos tomates que apenas tienen sabor o aroma a tomate. Se trata sobre todo de las dos o tres variedades que suelen estar más presentes en las tiendas, especialmente cuando se trata de supermercados y grandes superficies. Hablamos de esos tomates de aspecto perfecto, con tamaños y formas homogéneos de color rojo intenso, que además tienen una consistencia firme y una larga vida útil. 

PUEDE INTERESARTE

Para desarrollar estas variedades los productores priorizaron precisamente esas características. Por un lado, el color, porque es lo que más nos atrae a la hora de comprar. Como se suele decir, “comemos con los ojos”, así que queremos que los tomates sean vistosos y tengan un color rojo intenso. Por otro lado, la consistencia, porque permite que los tomates puedan ser transportados y almacenados sin que se estropeen, de manera que así tengan una larga vida útil, lo que reduce las pérdidas y el desperdicio. 

Ahora bien, cuando se eligieron variedades para desarrollar otras nuevas que reunieran esas características, el aroma y el sabor se vieron perjudicados. Este es uno de los motivos que explica el hecho de que algunas variedades no sepan a nada.  

PUEDE INTERESARTE

La importancia de la variedad de tomate 

Así, podemos deducir que uno de los aspectos más importantes a la hora de elegir tomates es la variedad. Los típicos tomates rojos y redondos, como los que se venden en rama o para ensalada, suelen tener poco aroma y sabor. Pero hay muchas otras variedades donde estas características sí son intensas; por ejemplo, tomate rosa, raf, corazón de buey, etc. 

¿Están maduros? 

Los tomates se suelen recolectar antes de que alcancen su punto óptimo de maduración. De ese modo están más firmes y así pueden resistir el transporte y el almacenamiento. De lo contrario no podrían llegar hasta nuestra casa.  

Pero eso lleva asociados algunos inconvenientes. Generalmente cuando comemos esos tomates siguen sin haber llegado a su punto óptimo de maduración, así que están demasiado duros y apenas tienen sabor ni aroma.  

Para evitar este problema podemos optar por elegir tomates maduros cuando vamos a comprar. Si los que hay no están suficientemente maduros, lo que podemos hacer es almacenarlos en casa hasta que alcancen ese punto óptimo de maduración.  

La época del año es fundamental 

Afortunadamente los desarrollos científicos y tecnológicos de las últimas décadas han hecho posible que podamos disponer de una amplia variedad de alimentos durante todo el año. Por ejemplo, hoy podemos comprar tomates desde enero hasta diciembre.  

Como consecuencia muchas veces no tenemos en cuenta su estacionalidad, ya sea porque no reparamos en ello o porque ni siquiera lo sabemos. Pero es importante tener presente que en España la temporada de tomate está comprendida aproximadamente entre los meses de junio y septiembre. En esa época el tomate se presenta en su máximo esplendor, con buenas características de aroma y sabor. Sin embargo, los tomates que se venden fuera de temporada no desarrollan plenamente esas características, sobre todo por cuestiones asociadas a la época del año (horas de luz, temperatura, etc.). 

Los tomates y el frío no se llevan bien 

Algo que también puede influir negativamente sobre el aroma y el sabor del tomate es la forma de almacenamiento. Si lo guardamos en el frigorífico, arruinaremos estas características porque el frío dificulta la producción de compuestos volátiles, responsables del aroma y del sabor. Además impide que el tomate siga madurando. Así que lo recomendable es almacenarlos a temperatura ambiente, en un lugar fresco y seco.