Saúl Craviotto: "La tortilla de patata de los domingos es mi plato favorito"
El deportista español con más medallas olímpicas asegura que borda los arroces y que apuesta por la pizza como comida rápida
La pasta scarpariello de Saúl Craviotto: su receta rápida y sencilla
Saúl Craviotto es una leyenda del deporte español y, a pesar de ello, también un tipo normal que sabe agradecer cada pequeño gran momento que le brinda su ajetreada vida de deportista de élite junto a su familia. Nadie en nuestro país ha ganado más medallas olímpicas que él (dos oros, dos platas y dos bronces) y, a sus 40 años, aún no ha dado por zanjada la posibilidad de competir en Los Ángeles 2028. “No me lo planteo, prefiero ir año a año”, dice. De momento, continúa entrenando y disfrutando de lo que ya ha conseguido.
Acostumbrado a superar retos en el agua, también tiene sus especialidades fuera de ella. Una de ellas pasa por ponerse el delantal y encender los fogones de su cocina. De casta le viene al galgo, pues su abuelo tenía un restaurante de comida leonesa en Lérida cuando él apenas era un niño y ni podía soñar con todo lo que ha logrado a bordo de una piragua.
Aunque a Saúl le pierde cualquier tipo de comida, tanto de puchero como la última tendencia vanguardista, no duda cuando se le pregunta por su plato favorito. Tal vez sea por el sabor, tal vez por la compañía: “La tortilla de patatas. Me encanta cocinarla para mis niñas y comerla juntos los domingos”, comenta convencido.
Con cebolla
Este clásico de la gastronomía española conlleva sí o sí un debate. ¿Con cebolla o sin cebolla? “Por supuesto, con cebolla”, responde un Saúl que, aunque adora la tortilla, no esconde que los arroces son su mayor especialidad. Desde una paella tradicional hasta arroces melosos, Saúl disfruta combinando ingredientes y probando nuevas recetas. “Me gusta experimentar y creo que el arroz me queda muy bien”, comparte.
Echando la vista atrás, esta leyenda del deporte español recuerda con mucho cariño la comida de su infancia. “Los platos de mi abuelo en el restaurante son un recuerdo imborrable”, afirma. Ese vínculo con la tradición culinaria le inculcó el amor por la buena comida, aunque no siempre ha sido tan cocinillas, ya que su vida profesional le ha obligado a pasar largas temporadas en hoteles y concentraciones.
Ahora, sin embargo, tiene incluso su propio libro de recetas. “La cocina es un hobby y una forma de relajación para mí. No me planteo ser cocinero profesional, sólo subo recetas a Instagram y a mis seguidores les gustan”, afirma.
La cocina es un hobby y una forma de relajación para mí. No me planteo ser cocinero profesional
Con seis medallas olímpicas colgadas al cuello y un futuro planteado a corto plazo, Saúl puede permitirse el lujo de cocinar algún que otro postre más, pero siempre con la buena alimentación por bandera.
Eso sí, cuando toca relajarse y tirar de comida rápida, admite que la pizza es su 'comida basura' favorita. ¿La razón? Es un plato que combina simplicidad, variedad y sabor con el placer de compartirlo en compañía. Y si tuviera que elegir a una personalidad con quién disfrutar una buena pizza, no duda y apunta a otra leyenda del deporte español como comensal ideal: “Pediría una pizza para compartir con Gasol; es alguien a quien admiro mucho y sería una cena interesante”.
Pediría una pizza para compartir con Gasol; es alguien a quien admiro mucho y sería una cena interesante
Al hablar de sabores, Craviotto se define como un amante del picante, aunque con moderación. “Me gusta el picante medio-alto”, dice entre risas, dejando claro que disfruta de un equilibrio entre intensidad y disfrute. Este detalle podría explicar su interés por explorar cocinas internacionales, como la mexicana o la asiática, que destacan por sus especias.
Vino mejor que cerveza
Si dejamos de lado la pizza y buscamos un restaurante ideal para celebrar una ocasión especial, Saúl elige Casa Gerardo, un establecimiento con solera y tradición. Este restaurante asturiano, famoso por su fabada y su arroz con leche, parece reflejar los gustos de Craviotto: una mezcla de alta cocina con raíces auténticas.
“Es el lugar perfecto para disfrutar de una buena comida y una experiencia memorable”, comenta. Su elección demuestra que, más allá del glamour, valora la autenticidad y la calidad en cada plato.
Para concluir, dejemos por un momento de lado la comida y pasemos a la bebida para terminar de conocer los gustos de Craviotto. En este sentido también tiene claras sus preferencias. “Prefiero el vino antes que la cerveza”, confiesa.
No se hable más. Brindemos con un buen vino por todo lo que 2024 ha traído a Saúl Craviotto en su piragua y por todo lo que está por venir. Quién sabe si dentro de cuatro años, en Los Ángeles, nos seguirá dando alegrías. Pero no nos aventuremos, vayamos palada a palada.