El secreto de la mermelada perfecta y tres recetas para ponerlo en práctica

"Llamamos mermelada a la elaboración hecha con cítricos, y confitura a la realizada con otras frutas y verduras"
El Museu de la Confitura es un rincón único dedicado al arte de transformar frutas y verduras en pequeñas joyas culinarias
En el corazón empedrado de Torrent, un encantador pueblo del Baix Empordà, se alza un rincón único dedicado al arte de transformar frutas y verduras en pequeñas joyas culinarias: el Museu de la Confitura. Fundado en 2004 por Georgina Regàs, una cocinera y escritora comprometida con la recuperación de la cocina tradicional catalana, este peculiar espacio se ha convertido en un referente imprescindible para los amantes de la gastronomía.
"La pasión por las mermeladas y confituras me viene desde niña; mi padre tenía un huerto y preparaba muchas conservas, especialmente cabello de ángel y membrillo", recuerda Teresa Millàs, quien hoy dirige el museo junto a Maria Regàs. Maria, por su parte, rememora cómo su abuela materna le ofrecía cada mañana "confitura de albaricoque para desayunar en su casa de campo", despertando así una afición que acabaría convirtiéndose en profesión.
La peculiar historia del museo tiene matices curiosos, como el encuentro casual entre Georgina Regàs y los actuales propietarios, Juan y Maria Regàs, quienes, pese a compartir apellido, no guardaban vínculo familiar alguno con la fundadora. Tras adquirir el museo en 2017, padre e hija se enamoraron profundamente del arte de la confitura, manteniendo viva la esencia artesanal y creativa del lugar.
Una de las dudas habituales entre los aficionados es la diferencia entre mermelada y confitura. Desde el Museu explican que "seguimos la distinción inglesa, adoptada por la Unión Europea en 1995: llamamos mermelada a la elaboración hecha con cítricos, y confitura a la realizada con otras frutas y verduras".
Para lograr la perfección en estos productos artesanales, Teresa y Maria señalan tres cualidades imprescindibles: equilibrio entre pectina, acidez (pH) y azúcar. Un consejo que ambas recomiendan fervientemente a quienes quieran hacer las suyas propias en casa es no precipitarse: "las prisas son el peor de los errores con las mermeladas y, en general, en la cocina", destacan.

La propuesta gastronómica del Museu es tan variada como sorprendente. "Nos gusta experimentar con todo tipo de ingredientes, nunca se sabe con qué te puedes sorprender", aseguran las responsables del museo. Algunas combinaciones que han sorprendido gratamente a los visitantes son la confitura de tomate con queso de oveja o la atrevida mezcla de naranja amarga y limón. Entre sus creaciones más originales y "divertidas" está la confitura de pepinillos, perfecta para acompañar platos salados y aperitivos.
Innovación y tradición conviven con naturalidad en cada tarro producido por el Museu de la Confitura. Teresa confiesa que en su despensa nunca falta un tarro de mermelada de naranja amarga, mientras que Maria no puede prescindir de la clásica confitura de albaricoque. Ambas apuestan también por la experimentación, recomendando recetas del museo como la mermelada de lima y apio o la original combinación de limón, pepino y ginebra.
Para quienes desean iniciarse en este mundo, las responsables del museo recomiendan comenzar con recetas sencillas y clásicas, utilizando siempre ingredientes locales y de temporada. "Si la materia prima es local y está en temporada, garantizamos una calidad altísima, porque los ingredientes no han viajado mucho y están en su punto justo de maduración", explican.
El Museu de la Confitura no solo ha seducido a aficionados y visitantes; chefs reconocidos también se han rendido a la calidad y creatividad de sus elaboraciones. Según Teresa y Maria, el secreto reside en "la experiencia acumulada durante más de 20 años, nuestra forma artesanal de hacer las cosas, el amor y la paciencia".
Con miras hacia el futuro, ambas expresan el deseo de seguir creciendo sin perder la esencia que les caracteriza, innovando continuamente. "Queremos que en todas las despensas haya una confitura para desayunar, otra para acompañar platos salados y otra más para postres", explican con entusiasmo.
Recientemente han publicado un libro, 'Mermeladas y Confituras', en el que animan a los lectores a explorar y reinventar el uso tradicional de mermeladas y confituras. "Nos encantaría que la gente innove en la manera de comer confituras y que compartan sus combinaciones más curiosas con nosotras", concluyen con ilusión Teresa y Maria, reafirmando así su pasión por seguir expandiendo los límites del sabor dulce y agridulce en la gastronomía.
Tres recetas deliciosas
Para desayunar con tu hijo a gusto un finde: Fresa, salvia y pimienta rosa
Si quieres disfrutar de un clásico con un giro, esta es tu confitura. Nos encanta el toque suave y terroso que le da la salvia y la dulzura ligeramente picante de la pimienta rosa.
Tiempo de preparación: 2 horas y media

Ingredientes:
- 2 kg de fresas limpias
- 2 manzanas golden peladas
- Zumo de 2 limones medianos
- Una rama de salvia
- 5 g de pimienta rosa
- 900 g de azúcar
- Una bolsa de té
Preparación:
- Limpia las fresas, quita las hojas verdes y córtalas en mitades o cuartos, dependiendo del tamaño de la fresa.
- Ponlas en un cuenco y pesa.
- Añade 300 g de azúcar, el zumo de 1 limón para evitar que se oxide y la salvia en una bolsa de té. Deja macerar 60 minutos, así obtendrás el zumo de la fruta para cocinarlas.
- Mientras tanto, pela y corta las manzanas en daditos de un centímetro.
- Pasado el tiempo de maceración, pon las fresas, las manzanas y la salvia en una cazuela tapada a fuego bajo. Cuece durante 15 minutos.
- Destapa, sube el fuego para que se evapore el líquido. Y remueve con una espátula. Si tiene mucho líquido, quita con una escurridera la fruta, y deja que el agua se evapore sola.
- Una vez evaporado el líquido, añade la fruta, los 600 g de azúcar restante y el zumo de 1 limón. Sigue removiendo con una espátula unos 20 minutos. Debes vigilar esta confitura porque puede pegarse.
- Retira del fuego y añade la pimienta rosa y remueve.
- Envasa en tarros rápidamente.
- Tapa para esterilizar en una olla con agua durante 35 minutos a 90 ºC.
Para compartir con el amor de tu vida: Limón con jengibre
Sabemos que el limón es muy importante en nuestra gastronomía y medicina, pero el jengibre no lo es menos. Su origen es desconocido, pero sus mayores productores son la India, China y Nepal. Esta raíz se puede utilizar tanto en crudo como cocinada, y sirve para aderezar infinidad de platos, carnes, pescados, ensaladas, postres y, ¡cómo no! mermeladas, confituras y jaleas.
Tiempo de preparación: 3 días

Ingredientes:
- 2 kg de limones limpios
- 4,5 l
- 200 g de jengibre rallado
- 50 cl de zumo de limón
- Sal
- 2 kg de azúcar
Preparación:
- Limpia debajo del grifo frotando con un cepillo fuerte la piel del limón para quitar todas las impurezas, corta los extremos y deséchalos.
- Corta el limón en rodajas muy finas, ponlas en un táper cubiertas de agua y sal, deja en la nevera hasta el día siguiente, vuelve a cambiar el agua, añade sal y deja en la nevera una noche más. El tercer día, retira de la nevera y escurre, corta las rodajas del limón en cuatro mitades y saca las pepitas.
- Por otro lado, prepara los 50 cl de zumo de limón, y reserva.
- Pon en el fuego una cazuela con 4,5 litros de agua y el limón cortado, tapa y deja hervir unos 30 minutos a fuego bajo. Destapa, y cuando la piel esté blanda, añade el jengibre y hierve destapado unos 10 minutos. Transcurrido ese tiempo, si el agua se ha evaporado, sube el fuego y añade el azúcar. Remueve bien para que se integre y continúa la cocción unos 15 minutos. Añade el zumo de limón, deja cocer 5 minutos más, y ya tendrás la mermelada.
- Apaga el fuego, y envasa en tarros de inmediato.
- Tapa para esterilizar en una olla con agua durante 35 minutos a 90 ºC.
Para regalar a una madre: Higos con nueces y ratafia
La ratafía es una bebida típica de la zona de la Garrotxa, en la provincia de Girona, se prepara con nueces verdes y una variedad de más de 40 especias y hierbas aromáticas. Con esta confitura obtuvimos en 2023-2024 el premio de Girona Excel·lent.
Tiempo de preparación: 3 horas

Ingredientes:
- 2 kg de higos limpios
- Zumo de 2 limones
- 900 g de azúcar
- 200 g de nueces
- 30 cl de ratafía
Preparación:
- Limpia los higos, quita el tallo y las partes más oscuras, córtalos por la mitad o en cuartos. Normalmente, no hay que pelarlos, pero si son verdes es mejor quitarles la piel porque es más dura.
- Ponlos en un cuenco y pésalos.
- Ponlos en una cazuela, añade 300 g de azúcar y deja macerar durante 60 minutos para obtener el zumo de la fruta, que servirá para cocinarlos.
- Cuece a fuego bajo y tapados durante 20 minutos. Si es necesario, añade unos 20 cl de agua para evitar que se sequen.
- Pasado ese tiempo, destapa, sube el fuego para que se evapore el líquido, remueve con una espátula unos 20 minutos.
- Corta las nueces en trocitos.
- Una vez evaporado el líquido, añade los restantes 600 g de azúcar, zumo de limón y las nueces. Sigue removiendo con una espátula durante unos 10 minutos. Hay que vigilar esta confitura porque puede pegarse y salpica.
- Apaga el fuego y añade la ratafía.
- Envasa en tarros rápidamente.
- Tapa para esterilizar en una olla con agua durante 35 minutos a 90 ºC.
