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Pepa Muñoz, la chef de los famosos: "Un buen guiso es lo más cercano a la felicidad"

Pepa Muñoz
Pepa Muñoz, chef y propietaria del restaurante El Qüenco de Pepa. Instagram @pepacocinera
  • Es una de las cocineras más aclamadas de nuestro país, tanto que en las cumbre de líderes mundiales su restaurante se convierte en punto de interés

  • Recuerda con nosotros algunas anécdotas, como el día que le dijeron que Jill Biden iba de camino a El Qüenco de Pepa

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A Pepa Muñoz no le tiemblan las piernas cuando su socia y mujer, Mila Nieto, le dice: ¡Adivina quién viene a comer! Puesta a imaginar, esta chef madrileña de 55 años tira a lo alto. Puede ser, como cantaba la Cabra Mecánica, un príncipe o un dentista. Pero también una reina, un actor o un político. Por El Qüenco de Pepa, el restaurante con un Sol Repsol que abrió en Chamartín junto a Mila en 2003, han pasado y pasan tanto anónimos como celebridades de todo pelaje. Por ejemplo, casi todos los presidentes de la democracia. Y puede dar fe del buen yantar de Rajoy o la frugalidad de Pedro Sánchez.

Su puchero es como el de aquellas abuelas que sabían que donde caben dos caben cuatro o los que hagan falta. Teniendo en cuenta que su madre se puso de parto cuando se encontraba en plena faena en el restaurante familiar Casa de Córdoba, ¿quién mejor que ella para pedirle algún tipo de alquimia para reproducir los panes y los peces?

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Jill Biden, "encantadora"

Algo así vivió en junio de 2022 cuando le anunciaron que Jill Biden, que se encontraba en nuestro país por la Cumbre de la OTAN, había aprovechado la visita para comprarse, aconsejada por la reina Letizia, unas alpargatas y comer, junto a sus dos nietas y el chef José Andrés, en su restaurante. ¿Y qué hizo Pepa cuando le dieron tal sobresalto? Tiró de la marca España y salió airosa: piparras (guindillas vascas), lenguado, tomate y un buen surtido de aceites de oliva para escoger. 

Nos cuenta que aquel día lo vivió con mucha emoción. "Su cercanía nos apabulló. Impresionaba el montaje de guardaespaldas que había en la calle, pero ella, no podía ser más cercana. Sentí mucho orgullo de que hubiera elegido El Qüenco de Pepa para comer con sus nietas. Tengo un recuerdo precioso. Me impactó su cercanía y cariño, parecía que conociera a todo el mundo por su forma de saludar. Conmigo fue encantadora, dejándose llevar en todo momento por nuestros consejos".

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Todo empezó por necesidad

Esto de codearse con celebridades le viene a Pepa de niña, cuando ayudaba a sus padres en los servicios de catering para los rodajes de producciones de cine, como 'Los santos inocentes' o 'Espartaco'. Igual que hoy ocurre en su restaurante, por La Casa de Córdoba pasaban toreros y grandes figuras de la época, como Paco de Lucía y Camarón. Con esta biografía, es lógico pensar que su vocación estaba inscrita en su ADN. "No fue exactamente un sueño. Empecé cocinando para ayudar a mi familia, no fue mi elección. A partir de ahí creo que he ido superando los sueños que hubiera podido tener ya que, a pesar de la cantidad de tiempo y trabajo que requiere mi profesión, es mucho más la felicidad y satisfacción que me produce".

"Comer y comer bien, traspasa el placer", nos dice en la entrevista.

Si no fuese porque la cocina la reclama, Pepa contaría historias interminables, pero quien quiera conocerlas las tiene en 'Un puchero de verdades', un libro donde ha incluido recetas, anécdotas y mucha pasión. Además de regentar el restaurante, desde el 17 de marzo del 2020, forma parte de World Central Kitchen, la ONG del chef José Andrés. Con él ha colaborado en situaciones límite, como la erupción del volcán de La Palma, el terremoto de Marruecos o los desplazados por la guerra en Ucrania. 

Gusto por lo saludable y sostenible

Uno de sus empeños prioritarios es impulsar el gusto por la gastronomía saludable y sostenible. Lo hace desde su restaurante, pero también a través de ponencias, intervenciones en mesas redondas o artículos. "Procuro sensibilizar todo lo que puedo sobre la importancia de la sostenibilidad y la alimentación saludable. Considero que está al alcance de todos y todos tenemos responsabilidad, sobre todo, por el cuidado de la sostenibilidad".

Teniendo esto en cuenta, ¿cómo se va a espantar cuando le dicen que prepare la mesa, que viene de camino una reina? Esa reina puede ser Letizia, Sofía, la madre de Felipe VI, o Noor de Jordania, con quien ha compartido secretos de sus respectivas huertas. Pepa ha cocinado también para Isabel Díaz Ayuso, incondicional de los boquerones fritos, y José Luis Martínez Almeida, que prefiere los tomates. 

"Para mí, cada cliente es un rey. Son todos igual de importantes. Es verdad que hay clientes que han venido a El Qüenco de Pepa tres y cuatro veces por semana a lo largo de estos años e, inevitablemente, se va estableciendo una relación diferente por el mutuo conocimiento que vamos adquiriendo el uno del otro. Esto de ninguna manera interfiere en la profesionalidad que debemos a cada persona que pisa mi casa", advierte.

Su apuesta por el producto de la huerta es firme.

"De Fernando Fernández Tapias aprendí mucho"

Esta cocinera, referente para las nuevas generaciones de chefs, recuerda con especial cariño a Fernando Fernández Tapias, a pesar de su carácter exigente. "Fruto de esa exigencia, aprendí muchísimo con él. Hombre extraordinario". ¿El secreto para que no le tiemblen las piernas cuando tiene que cocinar para gente poderosa? "La preparación y la experiencia. Para mi servir es un arte, algo maravilloso que me proporciona mucha felicidad. No es nada peyorativo, todo lo contrario. Me engrandezco y me encanta servir al rey, pues es un honor porque, ante todo, es una persona estupenda y cercana".

Independientemente del cargo o del apellido, Pepa mantiene su identidad. "Mi cocina se caracteriza por proteger lo tradicional y recuperar sabores olvidados. Diría que va marcha atrás, sin dejar de evolucionar. Tengo la vista puesta en la interpretación culinaria de nuestras abuelas y personas del campo. Me he inspirado mucho en todos ellos y me han ayudado sin saberlo a trabajar platos tradicionales, tal vez, procurando desengrasarlos más (debido a nuestro ritmo de vida)".

En esa tradición está el secreto de sus tomates tan característicos de El Qüenco de Pepa y, además de compartirlo, le gusta regalar plantones y semillas. "El secreto nos lo da, como los mejores secretos y claves, la propia naturaleza y por supuesto, el cariño que debemos saber poner nosotros. Eso sí, yo sacrifico calidad a cambio de cantidad".

Tomates, uno de los ingredientes más característicos de su cocina.

Aunque es una mujer realista, esta chef que no borra jamás la sonrisa de su rostro nunca deja de soñar. "Mi principal deseo es poder dedicar más tiempo a mi familia. En otra línea de sueños, tengo en marcha un proyecto que me ilusiona mucho y es tener mi propia línea de productos de mi huerta en conserva". Y mientras sigue cumpliendo y pidiendo deseos, admite que ha encontrado en los guisos lo más cercano más cercano a la felicidad que puede existir. "Y quiero contagiar de esa felicidad. Comer y comer bien, traspasa el placer. Son muchas las emociones que se ciernen tras un plato rico y saludable".