Los líderes políticos belgas hacen un nuevo intento por formar Gobierno

El socialista francófono Elio Di Rupo retoma hoy su labor de coordinador de las negociaciones tras dos días de parón durante los cuales los jefes de los siete partidos que aspiran a formar parte del nuevo Gobierno han mantenido entrevistas bilaterales con el rey Alberto II.

Los dos principales escollos a superar son: la autonomía de las tres regiones del país (Flandes, Valonia y Bruselas) y de las tres comunidades lingüísticas (neerlandófona, francófona y germanófona); y la financiación del Estado federal para las competencias y obligaciones que mantenga tras la reforma.

Aunque todos los partidos están de acuerdo en que Bélgica necesita una reforma del Estado, que sería la sexta en la historia del país, no coinciden en su enfoque sobre cómo llevarla a cabo.

Los partidos flamencos reclaman más competencias para las regiones y una nueva ley de financiación que permita que las entidades federales sean responsables no sólo de la manera en que se gasta el presupuesto sino también de la forma en que se percibe, un planteamiento que rechazan los francófonos.

El miedo a que las negociaciones para formar Gobierno resulten tan complicadas como las de 2007, que se alargaron durante nueve meses tras las elecciones, empieza a acentuarse después de más diez semanas sin avances determinantes desde los comicios generales.

Mientras se toma una decisión, Bélgica sigue gobernada por un Ejecutivo en funciones y con competencias limitadas, liderado por el ex primer ministro democristiano flamenco Yves Leterme.

Está previsto que los contactos continúen también mañana.

Los siete partidos que negocian la reforma son: tres valones -socialistas (PS), verdes (Ecolo) y democristianos (CDH)- y cuatro flamencos -socialistas (SP.A), verdes (Groen), democristianos (CD&V) y soberanistas (N-VA)-.