"¡Yo quiero verla! ¿Puedo verla?"

Carmen se dirigía a la iglesia de la Virgen de la Encarnación, situada en pleno corazón marbellí, donde acude a menudo a rezar a un Cristo que ella mismo ha donado a dicho municipio malagueño. En ese momento Michelle Obama se encontraba cenando junto a su hija Sasha en el restaurante Buenaventura, ubicado a unos metros del templo.

La expectación era tal, que el lugar se encontraba abarrotado de público que quería ver de cerca de la esposa del presidente americano. Al ver a la actriz muchos se volvieron hacia ella para saludarla, lo que causó un gran revuelo. Un policía, atento a cualquier extraño moviendo de la multitud, se acercó a Carmen y le pidió por favor que se retirara, acompañándola al interior de la iglesia donde ella, más tranquila, se concentró en el rezo a su sagrada imagen.

Carmen Sevilla, dispuesta a conocer a Michelle Obama, no pudo entrar al restaurante porque se lo impidió, cariñosamente, la seguridad de la comitiva.